El dúo Desierto y Agua, de gira por la región, presenta su disco «Alquimia»

Se presentará en Amus festival en Bariloche y luego en El Bolsón. Aseguran que este nuevo material discográfico es “mucho más bailable”.

Poseedores de una fusión musical sinigual, Andrea Feiguin y Dany Riaño, quienes conforman Desierto y Agua, comenzaron su gira para presentar su último material. Como lo hacen cada verano viajaron a la Patagonia para deleitar a su público ya afianzado con nuevos sonidos, temas y una nueva puesta en escena. Este sábado se presentarán en la tercera edición del Amus Festival (La Avutarda 185 Km 11.500, Bariloche) y el viernes, a las 23, en Estación de Cerveza (Roca y Onelli, El Bolsón), con entrada libre y gratuita.

La pandemia los motivó. Hizo que ese momento de confinamiento se transformara en una puerta hacia la introspección, hacia un  nuevo viaje musical y así lo lograron cuando terminaron de lanzar Alquimia. “Es un disco netamente compuesto en pandemia. ¿Qué sucedía? Antes habíamos sacado Elementos, que es un disco que lo compusimos viajando: yendo a Chile, Perú, Europa. Y toda esa experiencia de tocar y viajar fue el disco Elemento. Cuando nos agarró la pandemia empezamos a componer de una manera distinta porque no viajábamos más. Eran otras sensaciones y surgió un material un poquito distinto a Elementos”, precisó Riaño y agregó: “¿Distinto en qué sentido? Elementos es un disco más lento, más profundo y Alquimia es más bailable. Creo que Alquimia fue el proceso que tuvimos pasar nosotros como artistas, como músicos y como humanos para poder atravesar la pandemia y que ese confinamiento no mate la creatividad. Y creo que lo logramos”.

El dúo fusiona la música electrónica con instrumentos ancestrales y en algunos temas los intervienen con sus voces. Andrea y Dany coinciden en que a la hora de definirse en un género lo harían en uno propio en el de “música para volar”. Lo explican de una manera sencilla: “Para los que hacen música electrónica no es tan electrónica y para los que hacen música instrumental no es tan instrumental. Quedamos siempre ahí, como en el medio. Es bien particular lo que hacemos, tiene un sonido que es bien nuestro. Lo logramos después de un proceso de mucha experimentación con la música”, afirman ambos.

Viaje ancestral


“La puesta en escena es justamente para armar ese clima para que cuando vean a Desierto y Agua sea tanto una experiencia auditiva como visual. Porque de alguna manera hay momento en los que tocamos mucho y hay momentos en los que hay más sonidos electrónicos y esos momentos que el espectador se pueda agarrar de lo visual también, como para que el viaje continúe”, aclara Riaño.

Sus vestuarios e instrumentos son llamativos. Todo está diseñado como un concepto basado en lo ancestral. En el último tiempo apostaron a una vestimenta más jugada, más pura y también creyeron que interesante la idea de intervenirse el rostro. “El vestuario mutó bastante. Antes nos vestíamos de una manera más andina, con aguayos y con el tiempo fue fusionándose. Cuando decidimos usar las máscaras, que son de bronce, eso fue un concepto para que también sea arte con nuestros cuerpos. Al ponernos bronce en la cara sucede que pierdes ciertos rasgos y ganas otros. Eso nos llevó a profundizar la ropa”, indicó.

Pero el dúo decidió ir un poco más allá, profundizar más sobre la idea de lo ancestral y así fue que llegaron a la propuesta que presentan en la actualidad. “Nosotros hacemos música ancestral, bien, pero con la música ancestral hay un concepto que nosotros nos quedábamos en lo que es el pueblo originario, lo andino y toda esa movida que nos encanta, pero ¿Qué hay detrás de eso? Porque cuando hablamos de ancestral siempre hay un paso atrás. ¿Qué había antes de que exista la humanidad, qué había antes de que exista los planetas? Y bueno, ese viaje nos dio como la noción de seres atemporales, colores neutros, todo puro, como parecido a algo eterno. Pensar lo ancestral como eterno. Entonces, la ropa que tenemos ahora aborda ese concepto”, concluyó.


Sus inspiraciones: el amor y la madre tierra


“El amor salva al mundo es nuestro leitmotiv. Porque buscamos que el arte que hacemos transforme a quién lo ve, a quien lo escucha”, resume Andrea cuando tiene que definir qué los inspira cuando componen. Todas sus canciones están vinculadas a la naturaleza, a los procesos de la vida y siempre hacen hincapié en agradecer y cuidar el planeta en el que vivimos. “Devolver a la tierra lo que nos da es un lema de vida, por supuesto. Y también el arte, uno tiene que decidir cómo abarcar el arte, uno puede ser músico, poeta, podes ser lo que quieras pero te tiene que mover la aguja. Un leitmotiv interno y creo que ese es nuestro leitmotiv interno: devolver a la tierra lo que nos da”, resaltó Dany.

En cuanto a su último disco lo definieron como un ritmo más elevado al que venía tocando, que atraviesa a quién lo escuche y que transforma. “Alquimia es eso. Es un ritmo un poco más elevado y atravesado por la quinta dimensión, por la pandemia por un poco por todo lo que fuimos viviendo y trasformando, en este tiempo, dentro de nosotros. Tenemos un tema que es portal, que es la apertura a la quinta dimensión, la danza de gaia, solsticio, digamos que todos los temas hacen referencia a todos estos movimientos de la tierra, del mundo que estamos vibrando. Decimos que lo nuestro es música para volar”, concluyeron.


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