El equipo del «Pelado» no tiene paz

Cada uno cumplió con su parte, por primera vez. Ganó Rácing, como casi siempre, y también Ríver, como pocas veces en los últimos tiempos. Igual, para Ramón A. Díaz y sus dirigidos la tensión y la presión continuarán, aunque el domingo la «Academia» descanse.

Detenerse a pensar en lo sucedido el pasado domingo le agregará poco a la historia. La ventaja que Rácing le lleva a Ríver sigue sien- do la misma y entonces no vale la pena perder tiempo con lo que ya está sentenciado.

Hay que vislumbrar lo que sucederá dentro de seis días, y allí sí Ríver ya no sólo será dueño de su futuro, sino también del de Rácing, ese que espera hace treinta y cinco años dar nuevamente una vuelta olímpica.

Vélez o San Martín podrían ser el escenario del encuentro que en una de esas decide la suerte del certamen. El Chacarita de «Chiche» Sosa, el amigo de «Mostaza» Merlo, recibirá a Ríver y en caso de amargarle la tarde dejará abierta la posibilidad para que dentro de quince días Rácing se consagre campeón.

Ese partido, el de dentro de quince días, los errores cometidos y las oportunidades desaprovechadas, serán la cruz que Ríver tendrá que aprender a soportar y superar a la hora de enfrentar a Chacarita.

Mientras, el Rácing puntero-soñador esperará con la radio pegada al oído, porque ya jugó (y perdió ante Boca) su partido de la decimoquinta fecha y entonces tendrá para descansar, sufrir y esperar.

Para Ríver no hay paz, porque ni siquiera con la certeza de conocer el resultado de Rácing se puede sentir tranquilo. Las fuerzas propias (más allá de la goleada frente a Gimnasia) no dan para confiarse demasiado, y esto juega en favor de la «Academia».

Dentro de quince días, Rácing y Ríver se jugarán todo, pero antes, más precisamente el domingo, los de Núñez tienen un partido «chi- vo», calificado de alto riesgo, ante el equipo del amigo de Merlo, y no les queda otra que ganar.