El escándalo sobre los abusos sexuales ensombrece viaje del Papa
Nuevas exigencias para que se reúna con víctimas han marcado ahora los preparativos del viaje del pontífice a Inglaterra y Escocia entre el 16 y el 19 de septiembre.
Roma
Justo antes de la visita del Papa al Reino Unido se dio a conocer en Bélgica un informe sobre 300 nuevos casos de abusos sexuales contra menores por parte de religiosos católicos. El escándalo parecía ser un recordatorio sobre los graves problemas que atraviesa la Iglesia católica desde el año pasado.
Al igual que durante sus últimas visitas a Malta y Portugal, las exigencias de que el papa Benedicto XVI se reúna con víctimas han marcado ahora los preparativos del viaje del pontífice a Inglaterra y Escocia entre el 16 y el 19 de septiembre.
Reuniones de ese tipo “no pueden ser descartadas”, dijo ya el portavoz vaticano Federico Lombardi, pese a que éstas no estén previstas en el programa oficial del pontífice. En caso de llevarse a cabo, los encuentros tendrían lugar previsiblemente sin anuncio previo.
La relativamente pequeña Iglesia Católica británica no ha resultado en realidad tan afectada por el escándalo. La mayoría de casos se ha registrado en Estados Unidos, en otros países de Europa y América Latina.
El viaje del Papa, según el Vaticano, tendrá como una de sus prioridades estrechar vínculos con la Iglesia Anglicana, de acuerdo con uno de los preceptos centrales del pontificado de Benedicto: conseguir la unidad del cristianismo.
El programa incluye por ello encuentros con la reina Isabel II, así como rezos conjuntos con el líder espiritual de los anglicanos, el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams.
Pese a ello, hay señales claras de que el caso de los abusos podría empañar los tres días de la visita de Benedicto. Según medios locales, el ex abad de la conocida escuela católica St. Benedict en Londres fue enviado de regreso desde Roma en relación con una investigación sobre posibles casos de abusos en la institución. El periódico “Independent on Sunday” señaló que Lawrence Soper, de 80 años, regresa de forma voluntaria para responder a los interrogatorios de las autoridades.
Por otro lado, un grupo que representa a las víctimas ha anunciado ya que intentará dar a Benedicto la copia de un libro con detalles sobre supuestos casos de abusos.
Pero también el propio Vaticano parece haber alimentado el tema en la esfera pública. John Allen, un experto estadounidense en asuntos de la Iglesia, ve en la presencia del cardenal irlandés Sean Brady una señal de ello.
Brady, que acompañará al Papa en Inglaterra y Escocia, está implicado en los casos de abusos en Irlanda dados a conocer en 2009. Además, se acusa al cardenal de haber presionado a presuntas víctimas de abusos en los años 70 para que permanezcan calladas.
La forma de afrontar los abusos de Benedicto está marcando especialmente su pontificado. Mientras sus simpatizantes señalan que el Papa impulsa acciones decisivas para evitar que ocurran cosas similares en el futuro, sus críticos lo acusan de no hacer lo suficiente.
Las críticas se centran en las reticencias de la Iglesia de implantar directrices claras para retirar a religiosos culpables de abusos de sus cargos. Para muchos, la actitud del Vaticano apunta más a proteger la reputación de la Iglesia que a proteger a las víctimas.
Agencia DPA
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