«El escenario es como la vitamina para el alma»
Que Diego Torres no para no es novedad. El músico estará todo este año de gira con los temas de su exitoso disco "Andando", los que cantará el próximo domingo en la fiesta de la manzana.
Luego de pasar por Buenos Aires y presentarse el 26 de enero en el Patinódromo de Mar del Plata, con entradas agotadas, fresquito, recién llegado de sus vacaciones, Diego Torres desembarcó primero en Punta del Este, ofreciendo un concierto dentro del ciclo Conrad Live, ante cuatro mil personas en una de esas noches inmejorables; el primero de una extensa gira que lo llevará a recorrer toda el continente del río Bravo al sur, durante el 2007.
El encuentro con «Río Negro», nunca fácil de lograr, el Diego no para, se disparó con el «momento cero», el del escenario a oscuras, la banda sosteniendo un tema instrumental de calentamiento, instante previo a encontrarse con el público, ya suyo, al borde de una escalera.
«El momento último es de suma concentración, de estar conectado conmigo mismo para dar lo mejor. Ese es mi único objetivo en esos segundos antes de que las luces rompan el apagón. Agradezco siempre a Dios la oportunidad de tener el don de cantar, de con mi música llegar en canciones a mucha gente que está allí esperando, con muchas ganas de verme; con ganas de hacerlos pasar un buen momento, dando yo todo lo mejor. Esa es mi exigencia personal. Yo también debo estar bien, porque tiene que darse una simbiosis, en algún punto. Sólo pido lograrlo».
Ahora, ¿cómo te desprendés justo allí de las contingencias diarias, las presiones, y entrás al toro a cantar?
Y… pensá que el escenario es como la vitamina para el alma, para mi alma; es un refugio donde entro en una especie de mundo mágico… todo lo demás queda afuera y estoy feliz y disfrutando de algo que amo tanto hacer. Y lo mismo le sucede al público, creo, espero siempre, con las canciones que canto, con la energía que recibe desde el escenario, que alimentan su espíritu y me alimentan también a mí. Siempre he dicho que el escenario es sagrado, mágico, y en momentos súper difíciles de mi vida, encontré en él un bálsamo. Y me digo que es el lugar para mi vida. También he comprendido eso, con el tiempo…
En medio de ese mundo mágico, una falla propia o de la banda, cómo se soluciona? ¿Qué situación genera?
Yo soy sumamente exigente con mi trabajo, conmigo, con todo el equipo, buscando que demos lo mejor. Pido que más allá de las dificultades, que las hay en un show en vivo, sigamos adelante. Como la famosa frase «el show debe continuar». Después, los problemas los arreglamos en casa, en reuniones con todo el equipo, viendo qué pasó, si fue falencia mía o de otro. Soy autocrítico y por eso un recital, a medida que lo vas rodando, haciendo, va tomando una dinámica, una energía grande,
enorme pero, antes que nada, tengo mucha confianza en quienes trabajan conmigo. Sé entender que hay cosas que suceden y debemos seguir porque el público está allí. Un problemita no puede amargarte, en un punto, o amargar a tanta gente involucrada en un concierto que depende en mucho de mi energía.
Termina todo… ¿cómo queda tu cuerpo, luego de la entrega?
Generalmente feliz, muy cargado. Por un lado, a los pocos minutos comienzo a sentir que la energía vuelve a bajar, siento el cuerpo cansado, pero feliz, más aún cuando siento haber concretado una buena performance, que he dado todo, más allá de la afinación y de lo técnico. Cuando se involucra con el corazón, se entrega como bien dijiste y eso llega. Es lo más valioso cada vez que hago un concierto. Cuando salgo del escenario, si siento que eso sucedió, me da tranquilidad. También, cuando algo no sale bien, soy bien exigente conmigo mismo. Si veo que no estuve bien, me doy palo y aprendo sobre esa experiencia.
¿Te das y das?
Soy de hacer reuniones periódicas y de corregir; pido que opinen, cambio la lista de temas. Como te decía, cuando empezás a rodar el show, te das cuenta de muchas situaciones no previstas, reconocés que una canción funciona mejor en otro lugar distinto del planeado a priori. La crítica produce buenos resultados. Trabajo mucho con los músicos, el director de la banda, el ingeniero de sonido… es un equipo y nos complementamos bien.
La gira de Diego Torres sigue en México con una serie de recitales que abarcarán también actuaciones en el Auditorio Nacional, tradicional espacio del DF por el que pasan artistas ya consagrados por los mexicanos, con una capacidad para diez mil butacas. Mientras, ya está rotando «Hasta cuándo», tercer corte del álbum «Andando», que ya tiene su video clip grabado en el Parque de la Ciudad de Buenos Aires, dirigido por el prestigioso fotógrafo Claudio Divella, el mismo que hizo el de la canción «Andando», séptimo disco en la carrera de Torres con trece temas compuestos por Diego, a excepción de «Por la escalera», letra especialmente escrita por Joaquín Sabina.
EDUARDO ROUILLET
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