El final perfecto de una película inolvidable
goles marcó el Titán con la casaca de Boca. Ganó 14 títulos entre 1997/2000 y 2004/11.
DyN
despedida
Inolvidable. De principio a fin. Una noche que los hinchas de Boca guardarán en la memoria por siempre. El partido homenaje del goleador más grande que tuvo el club Xeneize se jugó en un marco único, en una Bombonera repleta, extasiada, con hinchas con lágrimas en los ojos, fuegos de artificio, música, estrellas del fútbol y otros deportes. Un adiós de película, como la vida misma de Martín Palermo.
“Despedida no va a ser, pronto seguramente voy a estar acá, ojalá que sentado en ese banco, si Dios quiere y pueda darme el lujo de dirigir a este club tan grande (…) Ese final de película del que tanto se habló mejor no lo pude haber soñado. Con mis ex compañeros, amigos, mi familia, mi hijo acompañándome, mi angelito (su otro hijo, fallecido) que me acompaña desde arriba y como diría una persona que admiro y quiero mucho, Gustavo Cerati, ‘Gracias totales’.
La sentidas palabras de Palermo clausuraron una noche increíble, emotiva de principio a fin. La despedida de una leyenda no podía ser de otra forma. Con tribunas repletas, Carlos Bianchi en el banco de los suplentes, históricos cracks como Iván Zamorano y Roberto Baggio, Carlos Tevez diciendo presente pero sin jugar, y muchos ex compañeros de tardes y noches gloriosas con la camiseta de Boca como su amigo Guillermo Barros Schelotto, el Patrón Bermúdez, Chicho Serna, Cagna, Arruabarrena, el Pato Abbondanzieri, Oscar Córdoba y tantos otros. Hasta Juan Martín del Potro, el Obelisco de Tandil, se animó a jugar y dejó algunas pinceladas con los pies.
Palermo, de 38 años (7/11/73), cerró su legendaria carrera profesional el 18 de junio de 2011, en la última fecha del torneo Clausura, cuando Boca empató en dos como visitante de Gimnasia de La Plata.
La última pelota que tocó en su trayectoria oficial, a tono con toda su fama, fue una asistencia para que Christian Cellay marcara, en tiempo agregado, el gol que le dio el empate a Boca y que mandó al Lobo (clásico rival del club de sus inicios, Estudiantes) a jugar un desempate para evitar la Promoción.
“El optimista del gol” anoche jugó para los dos equipos, el Blanco -ese que salía casi de memoria en la era Bianchi- y el Negro.
Hizo el primer tanto para los Blancos en la etapa inicial, luego de un pase nada menos que de Guillermo, y compartió delantera en el complemento con su hijo Ryduan, que de penal y con su padre en el arco, selló el 3-2 definitivo para los xeneizes Boca -el 2-2 había sido de Pochi Chávez, tras pase del Titán-.
El Loco también actuó para los Negros, donde brilló el Bichi Fuertes, autor de los dos tantos de un equipo en el que también dijeron presente nombres como Bossio, el Ratón Ayala, Braña, el Mago Capria, el Beto Acosta y Zamorano, y que dirigió Baggio.
Mientras La Bombonera rompía en ovación una y mil veces, Palermo manejó el ritmo de la fiesta con mucho humor. Saltó al ritmo de la gente cuando atronó “el que no salta se va a la B” y hasta retó a su heredero cuando erró un pase. Un par de horas después lanzó el ‘Gracias totales’ y el estadio latió como nunca.
DyN
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