El FMI insta a «aguantar» porque se vienen meses duros
Advirtió que la economía brasileña crecerá 4 veces más que la argentina.
La economía argentina atravesará «un proceso duro durante los próximos seis meses» y si bien no hay que temer «una crisis financiera acumulativa», el Fondo Monetario Internacional (FMI) no ve «ninguna alternativa constructiva sino aguantarse» el mal momento.
Un nuevo dato incrementa los nubarrones sobre el escenario económico castigado por la recesión. La economía brasileña crecerá cuatro veces y media más que la argentina en el trienio 1999-2001 y potenciará las diferencias entre los miembros del bloque, advirtió el organismo de crédito internacional.
Según las últimas «Perspectivas de la economía mundial» elaboradas por el organismo de crédito, el Producto Bruto Interno (PBI) de la Argentina tendrá un débil crecimiento acumulado del 2,19% en el período, en tanto que Brasil crecerá un 9,76.
Rápido de reflejos, Machinea reaccionó. Por cuarta vez en lo que va del año y por segunda en menos de dos semanas, el ministro de Economía tuvo que salir a corregir la proyección de crecimiento de PBI para este año, que ahora «no superará el 2%». Así se adecuó a los datos brindados por el FMI y acentuó, una vez más, sus problemas para medir el pulso de la economía.
«Va estar por debajo de 2%, por ahora poco, pero por debajo», admitió en una conferencia de prensa junto a su equipo de colaboradores.
Lo peor de latinoamérica
El informe del FMI destaca que el crecimiento de la Argentina será el más bajo de los países latinoamericanos -con la excepción de Venezuela, que acusará un retroceso por su mala performance en 1999-, a gran distancia de las principales economías de la región: Chile crecerá el 11,96% y México el 15,52.
De acuerdo a las tablas del FMI, la Argentina tuvo una caída del 3,1% en 1999, crecerá el 1,7% este año y el 3,7% en el 2001, mientras que Brasil registró un alza del 1% el año pasado, y tendrá un incremento del 4 en el actual y del 4,5% en el 2001.
Así lo señaló ayer en Praga el economista jefe del FMI, Michael Mussa, en el marco de la presentación de las Perspectivas Económicas Mundiales que el organismo elaboró para su asamblea anual a realizarse en la capital de la República Checa.
Para la Argentina «va a ser un proceso duro durante los próximos seis meses. No hay ninguna alternativa constructiva sino aguantarse. No vemos ninguna solución rápida, aunque tampoco hay condiciones para una crisis financiera acumulativa», señaló Mussa.
En medio de la difusión de datos poco alentadores, el diputado Domingo Cavallo intentó anoche crear cierto suspenso en torno de su opinión sobre la situación económica del país, al adelantar que recién la dará a conocer el 24 de octubre próximo.
«El 24 de octubre voy a hablar, porque creo que para hablar de una manera constructiva y efectiva hay que hacerlo con cierto orden y disponiendo del tiempo necesario, si no se trata de dichos así, al pasar, que sólo contribuyen a la confusión general», afirmó.
Las perspectivas desfavorables para el corto plazo que el FMI elaboró para la Argentina se dieron a conocer días después de que se aprobara un aumento en el déficit fiscal permitido para este año y pocas horas antes del arribo de la delegación oficial a la Asamblea del Fondo.
El organismo multilateral de crédito recortó a la mitad su proyección para el crecimiento económico argentino este año, de 3,4 a 1,7%, señalando que la recuperación de la recesión de 1999 sigue a un paso «aún gradual».
El crecimiento real del PBI para el año próximo será del 3,7%, con lo que la Argentina crecerá menos que el promedio de los países de América Latina y muy por debajo de Brasil, México y Chile, las principales economías de la región.
El FMI aprobó la semana pasada la revisión de las metas fiscales acordadas con la Argentina, que pasaron de 4.700 millones a 5.300 millones de pesos para este año y de 2.800 millones a 4.100 millones para el 2001. Pese a esa flexibilidad, Mussa advirtió que «no es prudente permitir que este déficit crezca demasiado» porque «pone nerviosos a los acreedores domésticos y extranjeros, y presiona hacia arriba los márgenes en las tasas de interés».
(DyN/Reuters)
El déficit de agosto fue de 105 millones
El déficit fiscal del sector público en agosto ascendió a 105,4 millones de pesos, según informó el Ministerio de Economía.
Este resultado habilita un desfase de 511,7 millones para setiembre con relación a las nuevas pautas negociadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La incorporación de los balances de organismos descentralizados, institutos de la seguridad social y recursos afectados, mejoró en 81,7 millones de pesos el resultado del Tesoro Nacional que había sido deficitario en 187,1 millones de pesos.
Acumulado a agosto, el rojo fiscal ascendió a 3.504,7 millones de pesos, que luego de sumarle el resultado cuasifiscal de la colocación de reservas del Banco Central, (166,4 millones), deja un resultado negativo en 3.338,3 millones de pesos.
El nuevo programa comprometido con el FMI estipula que al tercer trimestre del año, el déficit público de la Argentina no puede superar los 3.850 millones de pesos, por lo que en setiembre las cuentas pueden mostrar un desbalance de 511,7 millones de pesos.
Este resultado desahogó al equipo económico, pues setiembre es un mes complicado para las cuentas públicas debido a que se acumulan vencimientos de la deuda.
Por tal motivo, el secretario de Hacienda, Mario Vicens, se animó a afirmar que «la situación fiscal dejó de generar incertidumbre y está bajo control».
Mediante un comunicado de prensa, Economía destacó que el resultado de déficit de agosto representa una disminución de 660,2 millones de pesos respecto al registrado el año pasado.
Añadió que las 2/3 partes de este comportamiento se explica por una mejora de 433,5 millones en los ingresos, en tantos la porción restante es consecuencia de una rebaja total del gasto (226,7 millones).
Al ser consultado respecto a cuándo la población sentirá los efectos de la reactivación económica, Machinea indicó que «va a llegar cuando la economía sea capaz de crecer al menos al 4% por año, y eso es lo que creemos que va a crecer al próximo año».
«Obviamente no estamos contentos con el comportamiento de la economía en el primer semestre del año. Una primera lectura que podría hacerse es que teniendo en cuenta la situación de shock externo y de alto déficit la Argentina supo mantenerse y crecer, pero de cualquier manera no nos satisface (el 0,85% del primer semestre)», dijo. Desde el inicio de la gestión, el equipo económico se vio obligado a bajar sus estimaciones de crecimiento a medida que los datos de la realidad demostraron una reactivación mucho menor a la esperada.
Alfonsín, tras la fórmula del crecimiento
El presidente del radicalismo, Raúl Alfonsín, y la cúpula de la Unión Industrial Argentina coincidieron ayer en «la necesidad de establecer una alianza muy fuerte entre los sectores políticos, sociales y productivos para lograr el crecimiento y superar la profunda crisis que estamos padeciendo».
El ex jefe de Estado y la conducción de la UIA, encabezada por Osvaldo Rial, se reunieron en la sede empresarial por más de una hora donde analizaron la situación del sector industrial y dialogaron sobre lo imperioso que resulta arribar a un acuerdo general de los distintos sectores para incrementar «la producción y el empleo» en la Argentina.
Los industriales le entregaron a Alfonsín el informe elaborado por el Grupo Productivo, que componen tres cámaras empresarias, en tanto que el líder radical hizo lo propio con un documento que redactó el centenario partido entre los cuales se dijo que existen «coincidencia básicas» como por ejemplo el de llevar adelante «un trabajo común» de los estratos de la sociedad.
Rial dijo que a Alfonsín le expresaron «la necesidad de trabajar fuertemente en crear un shock de demanda en el mercado interno, mejorar la competitividad de los sectores exportadores y crear una conciencia de la defensa de los intereses nacionales y de las pymes». Además, el empresario aseguró que «la industria nacional está en condiciones de competir en cualquier parte del mundo pero siempre y cuando tenga condiciones que justifique producir y consumir en el país, cosa que tenemos que empezar a cambiar».
La economía argentina atravesará "un proceso duro durante los próximos seis meses" y si bien no hay que temer "una crisis financiera acumulativa", el Fondo Monetario Internacional (FMI) no ve "ninguna alternativa constructiva sino aguantarse" el mal momento.
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