El FMI quiere asegurar el ajuste en las provincias

El gobierno intenta cerrar el acuerdo para mañana, pero algunos puntos siguen en discusión

BUENOS AIRES (DyN) – Luego de más de diez días de arduas negociaciones, el gobierno argentino intentará cerrar mañana un acuerdo financiero con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que le permita poner fin a la crisis de confianza que afronta la Argentina ante la comunidad internacional y que se traduce en una situación financiera que la coloca al borde de la cesación de pagos.

Entre los puntos que aún no cierran, está la situación de las provincias.

La elaboración de un nuevo memorando de entendimiento que contendrá los nuevos compromisos que asumirá la Argentina para acceder a fondos adicionales y con los que intentará salir de la aguda crisis de confianza que enfrenta en los mercados de crédito, es el principal aspecto de la discusión.

Los técnicos del FMI quieren incluir de una vez por todas un férreo control sobre las cuentas provinciales y que en las hipótesis de gasto y déficit estén contenidos los desequilibrios de los tesoros del interior.

Esto ha generado controversias con los técnicos argentinos que intentaron explicar vanamente que la autonomía de las provincias hace imposible una ingerencia de las autoridades federales en los asuntos internos de un estado.

El viceministro de Economía, Daniel Marx, trabajó durante todo el día en la sede de la delegación financiera argentina en Washington donde se preparó un informe que será presentado a las autoridades del FMI mañana. Junto con Marx está trabajando el secretario de Política Económica, Federico Sturzzeneger, y a ellos se sumaron ayer los asesores Guillermo Mondino y Tomás Liendo para dar las puntadas finales a la redacción del documento que la Argentina elevará al directorio del FMI. La clave de toda la negociación está en que Estados Unidos debe dar todavía su apoyo público a la ayuda, a la que, según el FMI y la misión argentina, no se opone. Esto fue ratificado ayer por Bush a los mandatarios de la región en la cumbre de Río (ver pág 22) «Me parece que Estados Unidos está siendo constructivo y cooperativo para fortalecer el actual programa» en términos de medio plazo, no sólo de corto plazo, indicó Marx.

Del otro lado, la crisis argentina puso al descubierto una lucha de poder en los más alto de las finanzas mundiales y provoca que los hombres del FMI no terminan de ponerse de acuerdo en la aprobación de la ayuda financiera adicional. Horst Koehler, director gerente del FMI, es uno de los principales condicionantes que tiene el acuerdo. El representante alemán quiere que todos los gobiernos que componen el denominado Grupo de los 7 (G-7) presten su acuerdo para aprobar la asistencia financiera a la Argentina.

Las razones son muchas pero hay una excluyente: la Argentina no cumplió con alguno de los acuerdos anteriores firmados desde la época en que Jacques de Larosiére ocupaba la poltrona del FMI.

Pero además, el caso argentino reverdeció una vieja disputa entre el gobierno de los Estados Unidos y los países europeos por el rol que le cabe al FMI y al Banco Mundial, en las crisis financieras. Ya en 1997, luego de la crisis asiática, Washington buscó cambiar las instituciones de Bretton Woods y limitar su accionar sólo hacia los países más pobres y centrar su papel en un contralor y supervición fiscal y financiera más férrea de los países que enfrentan crisis.

En aquel momento, el intento de los EE.UU. fue bloqueado por Francia y Alemania y ahora el caso argentino reabre la disputa. El argumento de Washington hay que encontrarlo en las declaraciones del secretario del Tesoro, Paul O»Neill, cuando se preguntó «¿cómo explicarle a un plomero o carpintero que gana 50.000 dólares anuales lo que hacemos con su dinero?».

Las negociaciones estuvieron envueltas en un marcado hermetismo y los funcionarios trabajan contra reloj para lograr asistencia financiera y cambiar el humor de los mercados que oscila diariamente entre la indiferencia y la desesperanza. El viernes , luego de una semana relativamente tranquila, la bolsa cerró con fuertes pérdidas y el riesgo-país trepó por encima de los 1.500 puntos básicos.

O»Neill, polémico

Las expresiones del secretario del Tesoro norteamericano, Paul O»Neill, acerca de la situación «muy resbaladiza» que atraviesa la Argentina provocaron dispares reacciones en el gobierno nacional.

El ministro de Desarrollo Social, Juan Pablo Cafiero, cuestionó enérgicamente al estadounidense y aseguró que «esas declaraciones representan a un ala ultraconservadora que está en la administración (del presidente George) Bush y que es muy dura respecto de la Argentina».

Por el contrario, el vocero Juan Pablo Baylac, dijo que «no» le parecían «mal» las expresiones de O»Neill. «O»Neill trabaja para afuera pero también para el frente interno y si tiene que disponer de recursos que pertenecen a los contribuyentes de los Estados Unidos no me parece mal el planteo que se está realizando», afirmó Baylac.

Bullrich: «Evitar la devaluación»

BUENOS AIRES (DyN) – La ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, vaticinó tiempos «muy duros y difíciles» para la Argentina y dijo que «no tenemos que engañarnos» porque «no va a haber un shock» de reactivación, al tiempo que volvió a defender el «estricto cumplimiento» de la ley de déficit cero al sostener que con esa medida, «el gobierno está haciendo todos los esfuerzos para evitar la devaluación».

«El gobierno está haciendo todo para que no haya devaluación, porque justamente lo que estamos diciéndole a los argentinos es que este camino de déficit cero, que yo planteo como estricto, nos lleva justamente a evitar la devaluación», afirmó Bullrich.

Tras admitir en declaraciones a radio Nacional que las últimas cifras del INDEC sobre el aumento de la pobreza que alcanza a 15 millones de argentinos, «marcan una realidad muy contundente», admitió que «la mayor causas» de ese aumento «es la pérdida de puestos de trabajo», como consecuencia de «la falta de actividad» económica.

En tanto, la ministra de Trabajo contrapuso el no cumplimiento del déficit cero a «un escenario de devaluación durísimo», y «similar al del año «89» cuando se desató la hiperinflación.

«Una devaluación es un escenario similar al del año «89, uno no sabe cuánto termina valiendo un producto, cuál va a ser el poder adquisitivo real del salario de la gente, ni de la propiedad», advirtió Bullrich.

«Creo el gobierno está haciendo todos estos esfuerzos y le está pidiendo al pueblo todos estos esfuerzos para evitar la devaluación», dijo la funcionaria al volver a defender la decisión de rebaja salarial que afecta a los empleados estatales y jubilados que cobran por encima de los 500 pesos.

La ministra, quien admitió que «la pérdida de puestos de trabajo» en los últimos años fue la principal causa de los altos índices de pobreza, dijo que si bien no tiene proyecciones, «mes a mes la cosa se ha agravado desde la medición de mayo» pasado.

Cavallo pide gestiones a De la Rúa

BUENOS AIRES (DyN) – Mientras se define el contenido del nuevo acuerdo con el FMI en Washington, el ministro de Economía, Domingo Cavallo, utilizó el lluvioso sábado para mantener sendos cónclaves con el presidente Fernando de la Rúa, en Olivos, y con un grupo de banqueros locales para interiorizarlos de la marcha de las negociaciones.

Bien temprano por la mañana, el ministro de Economía se reunió en el Palacio de Hacienda con un grupo de banqueros locales, encabezados por el presidente de la Asociación de Bancos de la Argentina, Eduardo Escasany.

Pese al hermetismo de la reunión, algunos trascendidos dieron cuenta que los hombres de negocio quisieron saber en qué estado estaban las negociaciones porque temen que el martes cuando se reanude la actividad financiera se acentúe el desplome de precios.

Cavallo sostuvo que las negociaciones estaban «técnicamente» cerradas y que ahora se entraba en una instancia más política. Esto intranquilizó a algunos banqueros quienes le manifestaron al ministro su disgusto con la demora en los resultados, algo que encrespó el clima de la reunión. Cavallo replicó con dureza señalando que se había hecho todo lo mejor posible y que la desconfianza de los mercados se generó en que se habían montado algunas operaciones para provocar una caída de la Convertibilidad.

Alrededor de las 14, y más en calma, Cavallo fue a la Quinta de Olivos para informarle al Jefe del Estado el estado de las negociaciones que los técnicos del Palacio de Hacienda están llevando adelante en la capital norteamericana.

Cavallo le planteó también la necesidad de comenzar a trabajar con la oposición en una agenda de Estado, dentro de la convocatoria de Unidad Nacional lanzada por De la Rúa hace un mes.

El jefe del Palacio de Hacienda planteó con crudeza que si no se lograba un consenso básico sobre algunos puntos críticos del gasto, no se iba a poder salir de la crisis rápidamente. Incluso fue más lejos, y tiró sobre la mesa un desafío mayor: aprobar el proyecto de ley de Presupuesto 2002 tal como lo remita el Poder Ejecutivo y con la máxima celeridad posible, de manera de dar señales positivas a los mercados de que se va a cumplir a rajatabla con el «Déficit Cero».


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