El frigorífico de Fernández Oro nunca se habilitó
La obra no está terminada, le falta nada menos que el equipo de frío que servirá para la conservación de la fruta. Pese a los reiterados anuncios, nadie sabe cuándo podrán utilizarlo.
Luz Rodríguez
CIPOLLETTI (AC).- El frigorífico que se construyó en Fernández Oro para los pequeños productores de la ciudad nunca fue habilitado porque no llegaron los fondos necesarios desde Nación, que financió la obra, para comprar el equipo de frío. Además el predio no cuenta con electricidad y no hay nadie, a simple vista, que se ocupe de su mantenimiento. En el sector hay construidos también otros dos galpones que se iban a destinar a los productores apícolas, de hortalizas y aromáticas. Actualmente están todos cerrados. La situación la planteó el presidente de la Cámara de Productores de Fernández Oro, Edgard Artero. Explicó que las autoridades “no cumplieron con los compromisos asumidos de mandar el dinero que faltaba para la máquina y para la ampliación de las instalaciones”. La puesta en marcha se había previsto para marzo del año pasado aunque pasaron más de diez meses y nunca se avanzó con los pocos trabajos que restan para que pueda funcionar. “Está en estado vegetativo y así no sirve”, cuestionó Artero. Reconoció que el frigorífico no es la solución a los problemas de los pequeños chacareros, pero cree que puede ser una herramienta para ayudar a los productores a obtener un mejor precio para su fruta “especialmente durante esta temporada en que muchos no saben a qué empacadora le van a vender la producción”. El galpón, que todavía no cuenta con el equipo de frío, está pensado para guardar unos 1.200 bins en una primera etapa. El terreno donde se levanta el complejo tiene una superficie de 4,6 hectáreas que compró el municipio a 320.000 pesos. Está ubicado sobre la ruta nacional 22, en el ingreso a la ex Isla 10, en un lugar de fácil acceso público que fue uno de los motivos por los que se eligió el predio. La obra se inició en noviembre de 2010 y en la primera etapa contaba con un presupuesto de 2.200.000 pesos, financiados por el gobierno nacional. La segunda incluía un galpón de empaque y un salón de venta directa al público. Además de instalaciones accesorias a la actividad. El emprendimiento estaba pensado para agrupar a unos 30 productores de peras y manzanas y a otros 60 de hortícolas, aromáticas y apícolas. En plena campaña electoral fue uno de las obras que se exhibían como un logro para el sector productor, aunque nunca pudo ponerse en marcha más allá de los actos protocolares.
Luz Rodríguez
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