El futuro de Chihuido I está rodeado de incertidumbre

Jorge Sapag no logra que la presidenta dé el paso que hace falta para iniciar la obra. La ingeniería de financiamiento está golpeada en varios frentes.

La construcción de la presa Chihuido I entró en una zona de indefiniciones y, aunque nadie se anima a asegurar que el proyecto naufragó, existen demasiados indicios como para soslayarlos de que la obra no comenzará en el futuro cercano. Hay argumentos políticos, tal vez mezquinos, para explicar lo que ocurre, pero también económicos porque difícilmente la Anses pueda cumplir con el aporte para el emprendimiento sobre el río Neuquén cuando debe financiar eventualmente una parte del plan de inversiones de YPF y el programa nacional de construcción de viviendas Procrear.

Para colmo, la decisión del Neuquén de quitarle la concesión del área Veta Escondida a Petrobras generó un malestar en el gobierno brasileño que –según trascendió– podría hacer peligrar el financiamiento prometido del Banco Nacional de Desarrollo (Bndes), que viene de la mano de una de las empresas que conforman el consorcio que se preadjudicó los trabajos.

La idea original era iniciar las obras en enero del 2010 (es preciso desviar el río en verano, cuando se alejan las posibilidades de crecidas) pero desde que, en el 2009, se adjudicaron los trabajos a un consorcio liderado por la constructora brasileña e integrado por empresas argentinas de buena llegada a la Casa de Gobierno, no se dio ni un solo paso en la obra propiamente dicha.

No es una cuestión menor: en el río Neuquén no hay en la actualidad presa que frene una crecida máxima probable, superior a los 24.000 metros cúbicos por segundo. Cerros Colorados, el único complejo hidráulico sobre este curso, sólo puede contener 11.500, un máximo que en julio del 2006 estuvo muy cerca de alcanzar.

Incluso, hay un fallo de la Justicia Federal que obliga a Nación a invertir en la prevención de esta crecida.

La concesión

Las empresas que conformaron una unión transitoria para ganar la licitación se constituyeron como una sociedad anónima llamada Hidroeléctrica Chihuido. Y el Estado neuquino hace tiempo que creó la empresa pública Emprendimientos Hidroeléctricos (Emhidro), encargada del control de la ejecución de esta obra y de otras similares en el futuro.

Chihuido I es un proyecto monumental por su tamaño y su costo (2.000 millones de dólares), pero para el gobierno nacional siempre fue el hermano menor de Cóndor Cliff-La Barrancosa, sobre el río Santa Cruz, en territorio de los Kirchner. La adjudicación de este emprendimiento a un consorcio liderado por el grupo mendocino Pescarmona fue anulada en abril pasado, lo que encendió alertas en el gobierno neuquino.

Hidroeléctrica Chihuido está conformada por Electroingeniería SA, Constructora OAS, CPC SA, Hidrocuyo SA y Rovella Carranza SA.

Electroingeniería controla la mayor transportista de electricidad del país y tiene participación en medios de comunicación, como Radio del Plata de Buenos Aires. Le adjudican una muy buena llegada con la Casa Rosada.

CPC pertenece a Cristóbal López, el empresario del transporte, el petróleo, el aceite de oliva y los casinos. que creció en los últimos 25 años, especialmente bajo el gobierno kirchnerista. Este grupo, Indalo, ya tiene varios pies en Neuquén, donde acaba de deshacerse del servicio de colectivos urbanos de la capital, pero mantiene el casino Magic y la empresa de servicios petroleros Oil M&S.

Una fuente ligada a CPC desmintió que los intentos por nacionalizar el juego de azar, que le atribuyen a La Cámpora, hubiera dañado la relación de López con el gobierno. Y ofreció como prueba de ello la compra de buena parte de los medios del grupo Hadad (C5N y Radio 10, esencialmente).

OAS es un gigante de la construcción del Brasil; otra de cuyas empresas, Camargo Correa, aparece como el necesario proveedor del hormigón para la pantalla que tendrá uno de los taludes de la presa, desde su planta de Loma Negra en Zapala. Su oferta vino acompañada de un crédito del Bndes por más de 700 millones de dólares, a recuperar con la tarifa de la central hidroeléctrica, una vez puesta en marcha.

Neuquén concentró las miradas del mundo energético brasileño cuando Sapag le quitó a la estatal Petrobras el área Veta Escondida, como gesto compensatorio del fin de las concesiones de yacimientos en manos de YPF, cuando era controlada por Repsol. Esa decisión fue anulada por ahora mediante una medida cautelar de la Justicia.

El Bndes es un banco del Estado brasileño, lo mismo que Petrobras.

“Ya tenés bastante”

El 8 de diciembre del 2010, en la torre de YPF de Puerto Madero aún en poder de Repsol y los Eskenazi, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le advirtió desde atril al gobernador Jorge Sapag: “¡No me vas a pedir más plata porque vas a tener bastante vos!” Se refería al desarrollo de hidrocarburos no convencionales pero el neuquino esperaba y aún espera la definición por Chihuido.

No era la primera vez que Sapag soportaba un reproche de la presidenta. Un año antes, en octubre del 2009, compartieron la primera fila del Luna Park en la inauguración del World Gas Conference, pero esa tarde Cristina apenas le dirigió la palabra cuando esperaba una señal por Chihuido. El gobernador sospechó entonces que la posición del senador del MPN Horacio Lores frente a la ley de Medios había perjudicado el derrotero de la obra.

Como informó “Río Negro”, Sapag se reunió este año con el entonces presidente de YPF, el catalán Antonio Brufau, cuando en la Casa Rosada preparaban el plan de estatización de la empresa y las provincias productoras comenzaban a quitarle concesiones a la petrolera.

Ese contacto cayó muy mal en el gobierno nacional. “Si Chihuido tenía alguna chance hasta entonces, me parece que ahí la perdió”, confió una fuente del consorcio que ganó la licitación. “No me quisiera arriesgar, pero creo que la obra tiene certificado de defunción”, aventuró.

Podría decirse que el expediente de la licitación de la obra no se mueve desde el 3 de junio del 2010, cuando la presidenta preadjudicó la licitación al consorcio ganador.

El 1 de marzo, cuando abrió las sesiones ordinarias de la Legislatura, el gobernador Sapag anunció que enviaría a la Cámara un proyecto para convalidar por ley lo actuado hasta entonces por la provincia y su empresa Emhidro. Recien ayer el presidente de Emhidro, Elías Sapag (h), hermano del gobernador y también es presidente de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas, informó que esa iniciativa había sido enviada a los diputados provinciales, pero sólo a los del MPN. Con ella, Sapag busca introducir un elemento de presión sobre el gobierno nacional.

A pesar de la enorme indefinición, Elías Sapag mantuvo la actividad de difusión del emprendimiento y, con menor ritmo, el trabajo en las comunidades cuyos asentamientos quedarán bajo el agua del embalse de Chihuido I.

De hecho, el mes pasado en el décimo Annual Latin American Leadership Forum, la obra fue seleccionada entre los 100 proyectos de infraestructura más importantes de la región en el puesto número 15.

Las aspiraciones de re-reelección de Jorge Sapag y la de los movimientos políticos del secretario general de la Presidencia, el neuquino Oscar Parrilli, no son ajenos a esta paralización del proyecto de Chihuido I.

MARTÍN BELVIS

martinbelvis@rionegro.com.ar

RELACIÓN ENTRE EL GOBIERNO NACIONAL Y NEUQUÉN


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