El Gallito cantó de felicidad

CENTENARIO (AN).- Varios jugadores de Alianza anotarán como una fecha inolvidable la del domingo 27 de noviembre de 2011, justamente el día que cortaron una racha de once años de sequía en el ámbito local. Lo hicieron en el Gigante del barrio Sarmiento de esta ciudad y después de vencer a su clásico rival Independiente (2-1), que llegaba con el sueño de lograr una victoria y estirar la definición hasta la última fecha del Clausura de Lifune.

Rostros emocionados, ojos acuosos, abrazos interminables vistieron de fiesta la consagración del Gallito, aunque también hubo incidentes en las tribunas. Porque lamentablemente la violencia siempre está presente en el fútbol zonal. Por eso el cotejo se suspendió cuando ya no le quedaba casi nada. (ver aparte)

Fue una tarea de ‘hormiga’ la que realizó ayer por la tarde el equipo que conducen Gustavo Rivas y Gerardo Solana para quedarse con el título, y el pasaje directo a un nuevo Torneo del Interior.

El cotejo, uno de los clásicos más emocionantes de los últimos tiempos, se disputó con los dientes apretados y un muy buen ‘clima’. Independiente comenzó más prolijo en la elaboración del juego, pero sufrió un duro golpe a los 28 cuando el árbitro vio una mano en el área de Emanuel Salinas, cobró un penal que cambió por gol José Zapata y expulsó al defensor del Rojo.

La consagración de Alianza pareció quedar abrochada a los 40 de la misma etapa, porque el Chiqui Solana ejecutó un tiro libre, Mayorga dio rebote, Salinas remató, el Pato Panei le apuntó al travesaño y el inoxidable Kempe Barrionuevo no perdonó.

Pero el Rojo no se resignó y el partido volvió a tomar vida en el despertar del epílogo. Es que Facundo Salinas descontó con un buen cabezazo a los 3, y a los 6 vio la roja Enzo Muñoz, para quedar 10 contra 10. El clásico tomó color. Fueron y vinieron con ímpetu, coraje y las últimas energías. Alianza se refugió un poco más atrás y esperó por una contra. Independiente lo buscó sabiendo que el tiempo le jugaba en contra. Mientras el festejo de la visita se acercaba los inadaptados de siempre se armaban con piedras. López decretó el final un par de minutos antes y la gente de Cutral Co armó la fiesta. El Gallo volvió a cantar campeón y eso no es poca cosa.