El gas que falta durante el invierno

<span style="text-transform:uppercase">Para CUBRIR la demanda sin cortes habría que importar el 49% del consumo total.</span>

lejos del autoabastecimiento

Como cada invierno, el gobierno nacional comenzó en los últimos días de junio con los recortes al suministro de gas en el sector industrial, así como a las centrales térmicas. Otra vez se privilegia al sector residencial en las épocas frías. El hecho de tener que decidir a quién abastecer (más allá de lo correcto o no de la medida) desnuda lo vulnerable que es el país por no contar con sus propios recursos hidrocarburíferos: o las familias pasan frío, o se le pone un freno invernal a uno de los sectores que más dinamizan la economía y agregan valor.

Según un trabajo del consultor Daniel Gerold, el 32% del gas que se consumió el pasado 12 de junio fue importado. En otras palabras, una de cada tres moléculas de gas que quemó el país ese día se compró afuera.

Del total del suministro, 153 millones de metros cúbicos, sólo 99 millones se produjeron en el país (6,9 en el norte, 58,9 en el sistema neuquino y 33,2 en el sur). De los restantes 54 millones, 16,2 llegaron por gasoducto desde Bolivia a un valor que ronda los ocho dólares el millón de BTU. Es un precio más bajo del que se pagó el año pasado, cuando rondó los 11 dólares.

Otros cinco millones de metros cúbicos corresponden a lo que se conoce como linepack. Se refiere a la capacidad de almacenaje que tiene el sistema de gasoductos nacionales para retener gas.

Los restantes 33 millones provienen en parte casi iguales de las dos terminales regasificadoras de Escobar y Bahía Blanca. Llegan en forma de gas natural licuado (LNG por sus siglas en inglés) y se trae en barco a un precio que oscila entre los 8 los 15 dólares el millón de BTU.

Pero la situación es aún más compleja. Esta cuenta –un ejercicio teórico– sólo contempla hasta aquí el gas efectivamente consumido aquel 12 de junio. Gerold proyectó en su análisis qué peso tendría la demanda insatisfecha al sector industrial y de generación. Si la Argentina tuviera que cubrir ese gap con gas importado, las compras al exterior representarían el 49% del consumo.

Es decir que, en un invierno –aun en un cálido como éste– si el país quisiera abastecer la demanda total debería comprar en el exterior una de cada dos moléculas de gas. Un paso más allá en el análisis, cerrada la posibilidad de traer más gas desde Bolivia, los costos de cubrir ese consumo teórico probablemente se triplicarían, con el agravante de que lo harían en dólares, afectando aún más la balanza comercial.

Con estos números, el autoabastecimiento de gas aparece como un objetivo aún más lejano. Habrá que ver si se cumple el pronóstico del exsecretario de Energía, Daniel Cameron, quien aseguró que el objetivo iba a lograrse en el 2021.

El gas representa un cuello de botella para el sector energético del país.


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscribite desde $999 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora