El gobernador electo le ofreció a su rival un cargo en el próximo gabinete

"Crearé un organismo para que la frepasista controle a los funcionarios públicos de la provincia", sostuvo anoche

El gobernador bonaerense electo, Carlos Ruckauf, le ofreció su colaboración al aliancista Fernando de la Rúa y expresó su «dolor» por la derrota de Eduardo Duhalde a nivel nacional.

En un conferencia brindada una vez que se conoció la tendencia firme de seis puntos a su favor, Ruckauf aseguró que en su mandato «va a colaborar con el presidente electo de los argentinos, porque acá el tema no se trata de cuatro argentinos, sino de respetar la voluntad popular».

«Espero la misma colaboración de los hombres y mujeres de la UCR en el Parlamento bonaerense», señaló, antes de manifestar que «es fundamental que todo el mundo se ponga las pilas y ayude a solucionar los problemas» de la gente.

Acompañado por Duhalde, Ramón Ortega y Felipe Solá, en la quinta que el gobernador bonaerense posee en San Vicente, enfatizó: «Hoy es un día de alegría y de dolor, porque estábamos convencidos que teníamos en Duhalde-Ortega a la mejor fórmula para la Argentina, y una alegría porque nos tocó seguir la obra de Duhalde».

Con la seguridad que le daba la tendencia, ratificó su decisión de «crear un organismo a cargo de la frepasista Graciela Fernández Meijide para controlar a los funcionarios públicos» de la provincia.

Además, agradeció «a quienes cortaron boleta» y agregó: «Decían que la gente tenía que atarse a la sábana, pero muchos del Frepaso votaron por Duhalde y muchos radicales por Ruckauf».

«Agradezco a los militantes de otras fuerzas políticas como de Acción por la República y del radicalismo. Hubo frepasista que votaron por Duhalde y radicales que lo hicieron por mí», enfatizó Ruckauf, para ratificar que hubo cortes de boleta a su favor, tal como había reclamado en la campaña.

La fórmula justicialista a la gobernación también se impuso en el Gran Buenos Aires, donde se concentra casi el 60 por ciento del padrón provincial, por el 49 por ciento de los sufragios, contra el 39 del binomio provincial de la Alianza.

Ruckauf, al explicar la jornada electoral, aseguró que estaba «triste» y a la vez que sentía «alegría», y explicó que ese doble estado de ánimo se debía a que «no sólo se trataba de un proyecto provincial, sino que compartíamos un proyecto nacional con Duhalde y Ramón Ortega».

Cuando habían pasado poco más de seis horas de cerrado el comicio, el derrotado candidato presidencial del PJ, Eduardo Duhalde, apareció junto al postulante a la gobernación, Carlos Ruckauf, con el inconfesado propósito de amortiguar la estruendosa derrota que sufrió a nivel nacional a manos de la Alianza.

Duhalde embistió contra Carlos Menem al afirmar que «si sigue con los laderos que tiene, mejor que se dedique a otra cosa», al descargar su enojo por las trabas que le puso al menemismo, y negó que se siente el «padre de la derrota».

Pasada la media noche, Fernández Meijide reconoció la derrota al afirmar que a la provincia de Buenos Aires «no la vamos a gobernar y lo lamento mucho».

Ruckauf, por su parte, anunció que el cavallista Ricardo Gutiérrez va a ser ministro de su gabinete, y aseguró que «piensa gobernar la provincia sin pensar en otro cargo», al descartar que se vaya a presentar como postulante presidencial en el 2003. (Infosic y DyN)

Primero hubo un «saludo cristiano»

Ruckauf no perdió en ningún momento, ayer, su estilo electoral agresivo.

Ni bien terminó de votar, le envió un «cristiano saludo» a su rival de la Alianza.

«Le he enviado un cristiano saludo a mi adversaria», dijo Ruckauf, quien la semana pasada, al calificar a Meijide de «atea, anticristiana y abortista», quedó atrapado en una dura polémica que mereció la réplica de sectores eclesiásticos y políticos.

Luego de emitir su voto en una escuela de la localidad de Carlos Spegazzini, en el partido de Ezeiza, el vicepresidente sorprendió a los periodistas con esa afirmación.

Consultado al respecto, el aspirante justicialista intentó desdibujar toda especulación acerca de que sus dichos implicaban una chicana contra su contrincante, y aclaró que «siempre envío un saludo cristiano a mis adversarios».

«También lo hice con Antonio Cafiero y con cualquiera con quien esté en una puja electoral», abundó.

Ruckauf, quien votó media hora después de lo previsto, rehusó ahondar en temas políticos con el expreso propósito de «no violar la veda electoral».

«Me congratulo que este 10 de diciembre, por primera vez en la historia argentina, voy a traspasar al cuarto argentino elegido por el pueblo el cargo de vicepresidente de la Nación y de titular del Senado», destacó.

«Tengo la convicción de que hoy se elige un empleado de la gente con el nombre del gobernador y estoy sereno», se limitó a señalar.

Luego de manifestarse «alegre» porque el acto comicial está transitando con normalidad, lo atribuyó a la «madurez del pueblo argentino».

Finalmente, Ruckauf manifestó su convicción de que «en el año 2000 la gente vivirá mejor y la dirigencia, creo, va a estar a la altura de su pueblo».

«No es momento de los enfrentamientos entre los dirigentes políticos, es el momento de los acuerdos para solucionar los problemas de la gente», completó.

Pasada la medianoche, y acorde con las caras largas de su partido por la derrota nacional, Ruckauf bajó el tono de sus declaraciones y se mostró conciliador con la fórmula perdedora.


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