El gobierno ante las encrucijadas

El conflicto docente ya es un embrollo, todavía sin salida. La ministra Mónica Silva controla la férrea postura gubernamental. La conducción de Unter está en una encrucijada. Sin respuestas, debe sostener la lucha pero debería llegar a su elección del 28 de octubre con cierta paz. Y hoy está encerrada en la ocupación del ministerio mientras su oposición se fue de la Coordinación de Bariloche para meterse en la campaña.

Silva explora propuestas, extrañas a los puntos de Unter, entonces no anticipan soluciones. Por eso asoma un atajo: la conciliación obligatoria. El secretario de Trabajo, Lucas Pica, redacta el texto, pero resta convencer a la ministra. Weretilneck prioriza, aún, su opinión.

Ese llamado los obligaría a negociar, suspendiendo paros y descuentos. Lo intrincado está en las retenciones efectuadas, que el gobernador sostiene, y las pendientes dependerían de un plan de recuperación. Queda mucho por discutir.

Educación tiene sus apuros: cumplir con el operativo de evaluación (convocado para el martes aunque se postergará por el paro) y con la Reforma Media del año próximo, cuya aplicación ya está complicada.

El dilema provincial no es el frente docente. El lío es estructural y financiero. Nación propaga de Río Negro un índice de riesgo por su alta asignación para personal. Ronda el 64% de las erogaciones. Ese dato estaba en el 55% en el 2010. Y lo dañino figura en la caída de la “inversión directa” (construcciones, equipos…), que pasó del 10 al 5%.

El ministro de Hacienda nacional, Alfonso Prat Gay, fue claro cuando exigió a sus pares provinciales bajar sus déficits, y advirtió que Economía restringiría los endeudamientos.

Río Negro tiene un déficit de 100 millones mensuales, explicando su endeudamiento de unos 1.400 millones en el 2016.

La particularidad de su pasivo –de 5.600 millones y concentrado el 69% en Nación– favorecerá para el acceso de nuevos auxilios, vaticinan en la administración rionegrina. Pero Prat Gay trajo la mala noticia de la limitación de sus autorizaciones a créditos y títulos.

Además el mercado se puso selectivo, y las letras no son tan convenientes. Por eso conseguir plata será más difícil y caro.

La caza de recursos no es nueva, pero la pobreza prende alarmas: guardias y horas extras se pagaban después de concluido el cronograma. Ahora, habrán pasado diez días cuando el martes depositen los 50 millones de esas obligaciones. Faltan realmente fondos. El gobierno no quiere más conflictos. Le alcanza con la protesta docente.

La crisis en la fruticultura asoma con sus secuelas. Pasaron de la pequeña escala del productor a las empresas, Exprofrut y Martínez cesantearon casi 200 trabajadores.

Cada desenlace deriva en qué hace el Estado frente a la ruina de esa economía. La poda cumplida no llega a la mitad de las chacras, advierten. Y la reacción oficial desnudó una llamativa regresión: el exministro Alfredo Palmieri volvió y asumió –sigilosamente– en la Subsecretaría de Fruticultura. Concluyó su contrato por Río Negro en la FAO y Weretilneck lo asignó en ese puesto de segundo de la cartera que conduce Alberto Diomedi, ajeno al nombramiento. El hoy subsecretario fue ministro de Agricultura durante 14 meses, desde octubre del 2012. Su reemplazo llegó cuando el mismo gobernador corroboró su falta de gestión y conducción.

Otro indicio de que a Weretilneck poco le importa cómo integra su dotación, siempre confía en su esfuerzo y determinación.

Su actual nómina es larga y variada. Asumirá el manejo del brete docente y profundizó la pugna con Edersa. Idea el plan de la reforma constitucional y evalúa la estrategia electoral del 2017. Monitorea el cuadro financiero y la licitación del agente financiero. Elige las obras y reparte los subsidios. Poco valen las formas, en todo caso, si las respuestas llegan. La dificultad está cuando no vienen.

Persiste la disputa del gobierno y Unter aunque asoma un atajo: la conciliación obligatoria. Lo intrincado está en los descuentos efectuados a los docentes, que el gobierno defiende.

Weretilneck tiene su problema en la estructura estatal

y las finanzas, ya que Nación reclamó bajar el déficit y anunció limitaciones en el endeudamiento.

Datos

Persiste la disputa del gobierno y Unter aunque asoma un atajo: la conciliación obligatoria. Lo intrincado está en los descuentos efectuados a los docentes, que el gobierno defiende.
Weretilneck tiene su problema en la estructura estatal
y las finanzas, ya que Nación reclamó bajar el déficit y anunció limitaciones en el endeudamiento.

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