El gobierno nacional mira la evolución del real con esperanza

La política de suba de tasas de interés a nivel mundial podría reorientar el flujo de capitales internacionales y afectar negativamente, en general, la economía de los países emergentes.

n el 2010 el modelo productivo argentino logró un crecimiento económico que, medido por el producto bruto interno (PBI), alcanzó el 25,9%.

Este crecimiento esconde dos componentes: por un lado, el incremento efectivo de la cantidad de bienes y servicios producidos y, por el otro, el aumento de precio de esos bienes y servicios, que termina distorsionando el verdadero crecimiento que se intenta calcular. Por ello, si se ajusta el dato del 25,9% por este último efecto, según los datos oficiales que publica el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el crecimiento de la producción argentina durante el 2010 alcanzó el 9,2%.

Un tema importante en relación con este crecimiento económico es definir qué causas del presente modelo productivo lo originaron.

Uno de los factores más importantes que impulsaron la actividad económica desde el 2003, tal como lo destaca la consultora Economía y Regiones (E&R), fue la definición de un tipo de cambio real depreciado, principalmente respecto de nuestro principal socio comercial, Brasil.

El país vecino mantuvo su moneda fuerte, ofreciendo ventajas a los productos locales y favoreciendo el crecimiento de la actividad.

El interrogante que surge entonces es cuál será el efecto sobre estas cotizaciones favorables si el gobierno brasileño decide devaluar su moneda.

El modelo productivo basado en un tipo de cambio real depreciado de la última década tuvo como principal objetivo actuar como protección de los sectores industriales locales, de modo de generar mayor competitividad a los bienes producidos en el país y poner en marcha un proceso de sustitución de importaciones.

Este cambio permitió una importante reactivación económica en comparación con la aplacada década de los noventa, que se materializó en un crecimiento industrial del orden del 90% entre el 2003 y el 2010 y una caída de la tasa del desempleo del 21 al 7,3% en el mismo período, siempre según datos oficiales.

Siguiendo esta lógica, y como destaca la consultora E&R, una apreciación del tipo de cambio real perjudicaría a la industria nacional y afectaría negativamente el nivel de actividad que hoy exhibe la Argentina.

Este deterioro en la protección de las industrias locales puede provenir de dos vías.

La primera obedece a que el tipo de cambio real se deteriora (se aprecia) con el aumento de precios internos. Al mantener un tipo de cambio nominal sin variaciones significativas (utilizando esta política como única ancla antiinflacionaria), el proceso inflacionario (26% anual) causa aumentos de costos para la industria sustitutiva de importaciones y le quita competitividad a nivel internacional.

La segunda vía viene dada por el hecho de que el deterioro de la protección puede derivar de una devaluación de los socios comerciales más importantes de Argentina. Y en este sentido todas las miradas están puestas en Brasil.

comercio

Según el estudio de E&R, la industria argentina todavía disfruta de cierta protección ya que el tipo de cambio real se ubica un 101% por encima del nivel de salida de la convertibilidad. (Ver infografía)

De la misma forma, en la actualidad, de acuerdo con estimaciones de E&R, el tipo de cambio real específico del sector importador se encuentra un 80% por encima del promedio del 2001. (Ver infografía)

El reporte de la consultora privada sostiene que este nivel de protección es exclusivo resultado del fuerte valor de la moneda brasileña (relativamente más apreciada), que les ofrece una buena posición de competitividad a los productos nacionales.

De modo que una depreciación de la moneda brasileña afectaría negativamente al sector que sustituye productos importados y que ofrece hoy un puntal importante al crecimiento económico nacional.

Este último hecho surge de comparar los tipos de cambio real bilateral (TCRB) de los socios comerciales más importantes de Argentina. Mientras que el TCRB con Brasil se encuentra un 152% por encima de los valores de fines de la década de los noventa (ver infografía), el TCRB con Europa lo hace un 79%, con China tan sólo el 29% y con Estados Unidos un 25%, con base en el 2001.

En este sentido, hay que destacar que las importaciones provenientes de Brasil, Europa, China y Estados Unidos ascendieron en promedio al 75% del total importado.

Estos números le permiten dar cuenta a E&R de que la protección del sector industrial se debe a la fortaleza que hoy presenta la moneda brasileña. Esto significa que el tipo de cambio real del sector importador se aprecia cuando el real brasileño pierde valor y, por el contrario, se deprecia cuando la moneda del principal socio comercial se fortalece.

Concatenando decisiones

La fortaleza de la moneda de Brasil está dada fundamentalmente por el flujo de capitales internacionales que ingresan a ese país y demandan reales en busca de mayores rendimientos. Esto es producto de una política de tasas de interés cercanas al cero de los países más desarrollados, principalmente Estados Unidos.

Una política de suba de tasas de interés a nivel mundial reorientaría el flujo de capitales internacionales y afectaría negativamente a los países emergentes en general y a Brasil en particular. Este escenario generaría presiones sobre la cotización de la moneda brasileña y la empujaría a una devaluación, lo que provocaría una apreciación del tipo de cambio real bilateral de Argentina con Brasil y reduciría la protección del sector industrial.

Adicionalmente, la depreciación del real encarecería las exportaciones argentinas a Brasil, que también tenderían a reducirse.

Aunque la recuperación norteamericana todavía no se ha consolidado como para responder con una suba en sus tasas de referencia, China y el Banco Europeo ya lo están haciendo.

Respuesta Brasileña

La política cambiaria brasileña demostró que responde rápidamente a la hora de ajustar su tipo de cambio para mantener el equilibrio de sus cuentas externas. Así lo hizo ante la crisis de Lehman en el 2008, cuando el Banco Central de Brasil dejó depreciar fuertemente su moneda frente al dólar y el tipo de cambio real del sector importador de la Argentina se apreció un 27% en cuatro meses (ver área sombreada de la infografía). En ese entonces la Argentina corrigió la sobreapreciación y dejó depreciar el peso argentino (respecto del dólar) de 3,04 a 3,70.

E&R, para demostrar la incidencia del tipo de cambio nominal de la moneda brasileña sobre el nivel de competitividad de los productos argentinos, calculó que si el país vecino no hubiera dejado apreciar su moneda frente al dólar y hubiera mantenido su tipo de cambio nominal en los niveles más elevados del 2004, el tipo de cambio real del sector importador de la Argentina se ubicaría un 66% más apreciado (o un 66% menos protegido), como se puede observar en la infografía.

En este marco, sostiene que es probable que durante los próximos meses no haya cambios significativos y que el sector industrial local continúe gozando de cierto nivel de protección, esperando de este modo que la economía argentina mantenga su rumbo de crecimiento.

(Redacción Central a base de un

informe de Economía & Regiones)


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