El gobierno tejió un manto de silencio

VILLA LA ANGOSTURA (AB).- El gobernador Jorge Sobisch y el grueso de sus colaboradores exhibieron ayer un disciplinado silencio en torno del escándalo desatado por el intento de soborno que involucra al diputado Osvaldo Ferreyra. Sólo el ministro de Gobierno, Oscar Gutiérrez, se salió de la norma y opinó que la denuncia no tiene hasta ahora «ninguna consecuencia política» para el gobierno.

Gutiérrez dijo muy seguro que la denuncia -en la cual también aparece involucrado el gobernador- «no tiene consecuencias políticas».

Su estrategia fue la de desacreditar las evidencias, pero se desbarrancó en una alusión a otro caso sin relación aparente. «No tengo dudas de que es falso lo que están diciendo -aseguró-. Una cámara oculta no quiere decir nada. Moreno Ocampo ya armó unas cuantas y ¿cómo le fue?. A él también se lo hicieron con el padre (Julio) Grassi y estuvo en contra. Así que primero tendría que mostrar una línea de coherencia».Sobisch ofició ayer de anfitrión del presidente Eduardo Duhalde, quien viajó a esta localidad para clausurar las primeras Jornadas Nacionales sobre Regionalización. En el acto participaron numerosos legisladores y funcionarios del gobierno provincial, pero casi todos se excusaron de hablar sobre el caso Ferreyra.

Al igual que lo ocurrido el viernes a la tarde durante otro acto oficial en Bariloche, Sobisch contó con la complacencia de numerosos medios de prensa que optaron por consultarlo sobre la regionalización y obviar la denuncia de soborno.

De todos modos, es obvio que la crisis política está instalada y el sábado por la noche era el tema excluyente en las mesas de bares y restaurantes de La Angostura donde hubiera algún miembro del partido de gobierno.

Según dejó trascender un funcionario de segunda línea, la reacción de Sobisch recién tomará desde mañana. Antes de dar un paso en firme quiere conocer el contenido del programa Periodistas que, según lo anunciado, ampliará hoy la denuncia del legislador Jorge Taylor.

El sobischismo experimentó como reconfortante que Duhalde efectuara su visita a la Villa como si nada hubiera pasado y también que haya ignorado el tema en sus declaraciones públicas.

Fue notoria la decisión de no prever una conferencia de prensa, contra lo esperable en una visita presidencial. Había varios periodistas de Buenos Aires y la intención reconocible de Sobisch y sus colaboradores fue evitar que el escándalo se amplifique en la prensa nacional.

Abordado por «Río Negro», el vicegobernador Jorge Sapag, no terminó de escuchar la pregunta para advertir que no haría declaraciones sobre el escándalo. «Vamos a esperar y a ser prudentes -se excusó-. Por ahora preferimos el silencio».


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