El hambre amenaza a un millón de niños en Africa 

La Unicef hizo un urgente llamado para ayudar a pequeños que están afectados por la falta de comida y enfermedades, a raíz de la fuerte sequía que afecta a Somalia y otros países.

Ginebra (EFE).- Más de un millón de niños están amenazados por la hambruna en Etiopía y su estado de salud es tan delicado que les hace extremadamente vulnerables a las enfermedades, informó ayer el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Aunque la prioridad es conseguir la suficiente ayuda internacional en comida para frenar esta amenaza, la portavoz de Unicef, Lynn Geldolf, señaló que no deben olvidarse otros aspectos igual de importantes, como la vacunación.

Unicef solicitó a comienzos de año 7,7 millones de dólares a la comunidad internacional para programas de nutrición e inmunización en la zona, pero la respuesta de los donantes «ha sido, hasta el momento, muy pobre», agregó la portavoz.

Las cifras

Según un estudio elaborado por Unicef en el sur de Etiopía, el 24% de los niños de la zona están gravemente desnutridos y presentan menos de un 80% del peso correspondiente a su talla.

En una situación de este tipo, algunas enfermedades infantiles que no son mortales habitualmente, como el sarampión, pueden matar a muchos niños, indicó Geldolf.

Por este motivo, Unicef quie-re poner en marcha una campaña de vacunación contra el sarampión y administrar dosis de vitamina A a los niños en zonas de Etiopía y Sudán, pero para ello «hace falta la ayuda urgente» de la comunidad internacional.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) indicó, por su parte, que su petición de 37,7 millones de dólares para Etiopía, que durante meses sólo había recibido una contribución por parte de Estados Unidos, comienza a ser atendida por otros países.

La ayuda prometida

La portavoz del PMA, Christiane Berthiaume, indicó que Canadá ha prometido enviar 6,2 millones de dólares y Grecia 20.000 dólares, y otros países han manifestado su intención de hacer aportaciones aunque aún no han concretado la cantidad.

Berthiaume destacó que la donación griega es en metálico, «lo que viene muy bien para poder comprar con rapidez comida directamente en la zona», mientras que las otras contribuciones son en alimentos e irán llegando a lo largo del año.

Geldof señaló que los próximos meses serán críticos para la situación en Etiopía, donde ocho millones de personas corren el riesgo de morir de hambre, así como en todo el cuerno de Africa, donde la cifra total de gente amenazada por la hambruna se eleva a los 16 millones.

Esta situación está provocada por una larga sequía, combinada con las guerras y la inseguridad que sufren buena parte de los países del este de Africa.

Esperanza de lluvia

La portavoz de Unicef dijo que aún es posible que llueva en las próximas semanas, lo que daría la oportunidad de sembrar, pero «la gente está tan debilitada por el hambre y las enfermedades, que será incapaz de realizar un trabajo de este tipo en el que se requiere gran energía».

La hambruna que se cierne sobre el Cuerno de Africa amenaza con ser comparable a la sufrida por Etiopía en 1984, en la que murieron casi un millón de personas, cuando el mundo se conmocionó con las imágenes en televisión de miles de niños desnutridos hasta la muerte.

Además de en Etiopía, el hambre también ha comenzado a afectar a 2,7 millones de personas en Kenia; 1,2 millones en Somalia; 367.000 en Eritrea; 200.000 en Uganda; 100.000 en Yibuti y 75.000 en Sudán.

El PMA calcula que para evitar el hambre en esta región se necesitarán unas 940.000 toneladas de alimentos este año, de las que el 80% estarían destinadas a Etiopía.  

Sequía y guerra como en el «84

La historia parece circular en Africa. Hace 15 años, las imágenes de pequeños reducidos a piel y huesos y de miles de personas esperando morir de hambre en Somalía impactaron al mundo. Hoy, la imagen vuelve a repetirse, aunque esta vez podría ser peor.

El Cuerno de Africa, donde se encuentran algunos de los países más pobres del mundo, podría sufrir en los próximos meses una hambruna que puede alcanzar los 13 millones de personas.

El secretario de las Naciones Unidas, Kofi Annan, hizo el jueves en Roma un dramático llamamiento al mundo desarrollado para que acuda en ayuda del África Oriental.

«Creo que vamos con un poco de retraso, pero todavía es posible salvar vidas», dijo Annan Las palabras sonaron casi como una respuesta a la queja expresada el martes por Etiopía, que acusó a los países ricos de esperar a ver «esqueletos en la televisión» antes de responder a las llamadas de auxilio de este país.

Hace 15 años, en 1984-85, más de 800.000 personas murieron en Etiopía por hambre. Entonces, una guerra civil se unió a la sequía para provocar una catástrofe humanitaria. Gigantescas campañas humanitarias pudieron paliar en parte la situación.

La sequía es un desastre natural endémico que afecta a Djibuti, Eritrea, Etiopía, Kenia, Somalia y Sudán. Los ganaderos del sur y el este de Etiopía, Somalia y el norte de Kenia son los más afectados. Pero a pesar de que la falta de agua constituye el mayor factor de la hambruna en la zona, el impacto de este desastre natural se incrementa por los conflictos y la inseguridad.

Según los expertos, no basta con el dinero ni con la ayuda humanitaria en los contextos de guerra. En Sudán hay una operación humanitaria que lleva más de diez años, con más de 1.500 millones de dólares invertidos, que sirve también para alimentar a los soldados que masacran a las poblaciones civiles y que las obligan a desplazarse en condiciones cada vez peores. Lo mismo sucede en el Congo, en Etiopía, en Somalía. Por esto, la ayuda humanitaria, por tanto, debe ir de la mano de presiones a los actores armados para llegar a acuerdos de alto el fuego, sostienen


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