El hombre de hielo
El hombre de hielo al que se refirió Cavalcanti en su disertación no es otro que Oetzi, el ser humano prehistórico cuyos restos mejor se han conservado en el tiempo, y que fue estudiado por un grupo de investigadores australianos de la Universidad de Queensland. Oetzi estuvo congelado por más de 5.000 años y fue encontrado en 1991 por un grupo de escaladores en los Alpes italianos. Las primeras versiones indicaron que en sus testículos se habían hallado espermatozoides vivos, y hasta se reconstruyó una imagen del rostro de Oetzi, en la que resultó bastante agraciado. De acuerdo con el relato del disertante, comunidades gays, en base a ciertas características biológicas, tomaron por entonces como bandera aquel hombre que murió, según los estudios a los 46 años de edad, aunque más tarde se confirmó que el dato de la conservación de los espermatozoides era totalmente inexacto.
El brasileño concluyó que, en lo que se refiere a sexualidad, influyen por igual la biología, la cultura y la psicología.
En las jornadas, los especialistas, entre otros temas, compartieron la experiencia de trabajo acerca de los usos actuales de las hormonas androgénicas, derivadas de la testosterona especialmente la dehidroepiendosterona o DHEA, un derivado que se aplica por vía oral para el tratamiento de las disfunciones sexuales tanto masculinas como femeninas.
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