El INAI negociaría en el conflicto de la comunidad mapuche

SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- La predisposición de los propietarios privados de un predio en disputa con la comunidad mapuche Curruhuinca, permitió abrir una instancia de diálogo y negociación reconocida por la justicia, aunque se mantiene latente la orden de desalojo a la espera de la resolución de las conversaciones y por un plazo de tres días.

En tanto, se espera el arribo de una delegación del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas encabezada por su presidente, Jorge Rodríguez, para sumarse a la búsqueda de consensos en procura de evitar una salida violenta al conflicto. Conviene señalar que el INAI también envió una nota al juez Rolando Lima, en la que propicia el diálogo y ofrece su mediación.

A su turno, el intendente Jorge Carro había solicitado al patrocinante legal de los inversores que se abriera la alternativa de una salida negociada.

Pero, como se apuntó, fue una nota enviada por los propietarios al juzgado Penal la que suspendió de momento el desalojo compulsivo.

El dato fue reconocido por fuentes judiciales a este diario el pasado jueves, cuando afirmaron que sólo una notificación formal de los propietarios privados podía demorar la resolución judicial, a la espera de las negociaciones.

En principio, el plazo es muy breve, pues tendrá lugar hasta hoy aunque no se descartaba la eventualidad de una extensión. En ese mismo lapso también deberían realizarse las mensuras para aclarar los límites de las tierras en disputa.

Este diario accedió a la nota enviada al juez por una de las propietarias del predio ubicado en Payla Menuko (Puente Blanco).

El escrito, presentado por el abogado González Novillo, en nombre de su clienta Silvina Andrea García, sostiene que conocida la petición del INAI, adhiere a que se prosiga con el procedimiento para la búsqueda de un eventual acuerdo con la comunidad Curruhuinca, destinado a evitar el desalojo por medios coercitivos ordenado por el juez, por el delito de usurpación.

La misiva puntualiza que «es mí deseo y el de mis socios en dicho inmueble (quinta 3) solucionar los problemas suscitados. Estamos dispuestos -añade- a realizar concesiones razonables para no perturbar hábitos de esa comunidad, sin perjuicio de aseverar nuestro derecho de propiedad que es incontrovertible».

Los socios privados ofrecieron los servicios de un agrimensor y entregaron a la comunidad un plano del lote.

La tierra en disputa está ubicada a cuatro kilómetros del casco urbano de San Martín, al pie del cordón Chapelco y en el sector conocido como Puente Blanco, que la comunidad denomina en su lengua «Paiyla Menuko».

El entredicho surgió en noviembre pasado, cuando la familia Curruhuinca notó la presencia de topadoras en un sector del predio, que pretendían abrir un camino para un futuro loteo. Los mapuches se constituyeron con un asentamiento permanente.

Los propietarios privados cuentan con títulos debidamente legalizados, pero el sector en cuestión forma parte de los usos tradicionales de la comunidad Curruhuinca, para las pasturas de sus ganados desde tiempos ancestrales.