El jefe de la SIDE y Flamarique, al borde de la cornisa

De Santibañes habría presentado su dimisión. De la Rúa la rechazó para evitar durísimos efectos. El ministro de Trabajo desmintió su retiro.

BUENOS AIRES (ABA).- El escándalo de corrupción en el Senado estuvo a punto de cobrarse ayer la primera víctima en el gabinete nacional. Fernando de Satibañes, el polémico jefe de la SIDE que fue señalado como el encargado de pagar las supuestas coimas, habría presentado su renuncia al Presidente de la Rúa.

El jefe de la SIDE habría presentado su renuncia, por su supuesta intervención en el escándalo de las coimas en el Senado. Pero De la Rúa la desestimó, porque sería un reconocimiento de que hubo corrupción.

«De la Rúa sabe que Santibañes está dispuesto a renunciar cuando él lo decida. Su carta de renuncia está siempre arriba del escritorio presidencial», respondió un alto funcionario, cuando «Río Negro» quiso confirmar la versión.

En realidad, si bien en cierto que no es la primera vez que el Señor 5 presenta su renuncia, está vez el Presidente estuvo tentado en aceptarla.

Santibañes ha provocado más escándalos en los ocho meses de gobierno aliancista que ningún otro funcionario. «Es un hombre importante del entorno, porque es amigo personal del Presidente, pero De la Rúa cree que los costos por mantenerlo son demasiado altos. Sugirió que Machinea había fracasado, estuvo comprometido con el alboroto del Banco Galicia y de las escuchas a Menem, y después Chacho lo acusó de espiarlo», agregó la fuente.

Luego, en frío, el Presidente puso en la balanza las distintas opciones. Un habitual vocero aliancista explicó: «Si echa ahora a Santibañes, estaría reconociendo implícitamente que el Gobierno pagó coimas. La confianza en Santibañes está mermada, pero no es momento para pedir renuncias».

La presión de «Chacho»

En los hechos, el escándalo de los senadores produjo en el Gobierno una crisis, que aunque subterránea, está tomado dimensiones incontrolables.

Más allá de la endeble situación del jefe de los espías, la lucha de fondo parece estar en otro rincón. La conclusión más evidente que surge del trance oficial es la más complicada: se terminó el romance entre el presidente y su vice,»Chacho» Alvarez, a pesar de sus esfuerzos por mostrar unidad.

Las diferencias son sustanciales. Alvarez está dispuesto a ir a fondo en la investigación del caso de las coimas, y quiere desentrañar la supuesta trama de corrupción que permitió la promulgación de la ley laboral.

«Yo, lo único que puedo prometer, es que no voy a permitir que este tema se diluya. Haré lo imposible para que el caso llegue hasta las últimas consecuencias», dijo el vicepresidente al salir del Palacio de Tribunales.

Alvarez cree que este es el momento en que el gobierno debe demostrar su verdadera vocación para cambiar el viejo estilo de la política, y asegura que «podemos estar en la puerta del mani pulite argentino».

De la Rúa quiere calmarlo, pero reconoce que será difícil. «Está desbocado», comentó al terminar la reunión de gabinete. Fiel a su estilo, el Presidente no quiere provocar una revolución en el seno del Gobierno, y preferiría que el tema de las supuestas coimas desaparezca de las tapa de los diarios.

Una forma de contener el enojo del vicepresidente es provocar la renuncia de Santibañes. De la Rúa sabe que Carlos «Chacho» Alvarez exige una demostración de que su lealtad hacia el Presidente es correspondida.

Flamarique y Santibañes

El miércoles fue un día caldeado en los ámbitos gubernamentales, a pesar del frío y de la lluvia. Las versiones sobre la renuncia de Alberto Flamarique circularon con insistencia. El ministro desmentía su alejamiento cada una hora, cada vez con más virulencia: «Tengo el respaldo absoluto del Presidente», repetía.

Mientras tanto, Santibañes permanecía atrincherado, lejos de su oficina de la SIDE. A las 11 de la mañana se reunió en la Quinta de Olivos con los líderes del Grupo Sushi. Junto a Antonio de la Rúa- que volvió a la actividad luego de sus románticas vacaciones-, el publicista oficial Ramiro Agulla, el vocero Darío Lopérfido y el subsecretario del Interior, Lautaro García Batallán, el señor 5 analizó el escándalo del Senado y su situación particular.

«A vos no te conviene ni aparecer», recomendó Agulla. «Pero De la Rúa pide que todos den la cara», recordó Darío Richarte, segundo de la SIDE.

A primera hora de la tarde, Santibañes se reunió con De la Rúa. Y en ese encuentro le habría presentado la renuncia. Finalmente el Presidente la desestimó, pero le pidió que se prepare bien para el encuentro que tiene hoy jueves con la Comisión de Seguridad de Diputados, donde deberá explicar la actuación de la SIDE en el escándalo de las coimas. Santibañes, en realidad, pensaba faltar. «Quizá de eso dependa tu futuro», le habría dicho De la Rúa.

Massoni espera su informe

Quien también espera que el jefe de la SIDE entregue su versión de los hechos es José Massoni, el director de la Oficina Anticorrupción. Fernando de Santibañes deberá informarle sobre el manejo de fondos que esa dependencia efectuó durante el tratamiento en el Senado del proyecto de la ley de Reforma Laboral.

Mientras tanto, diputados daban ayer un paso firme en la intención de controlar los gastos reservados de organismos estatales como la SIDE, al aprobar en la comisión de Presupuesto que deja el seguimiento de los recursos en manos del Parlamento.

«Es otra mentira que sale del Senado»

Como un coletazo más de la controversia generada por el supuesto pago de coimas en el Senado, el gobierno debió salir ayer a desmentir la renuncia del ministro de Trabajo, Alberto Flamarique.

El propio Flamarique, visiblemente ofuscado, se vio obligado a descartar su alejamiento y calificó las versiones en tal sentido como «otra mentira más que sale del Senado», al tiempo que adelantó que concurrirá el 29 de agosto a declarar ante la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara alta.

«No voy a parar hasta demostrar que no hemos tenido nada que ver con todo lo que se está manifestando en el Senado», dijo Flamarique a un canal de cable, y se encargó de aclarar una vez más que «lo del soborno en una absoluta mentira y aseguró que de la Rúa «me fortaleció en el cargo».

Flamarique decidió, sorpresivamente, acudir al Senado para participar de una sesión con voz pero sin voto. Ingresó allí a las 23. 30, donde se discutían las sospechas de coimas para aprobar la Reforma laboral.

El Senador Jorge Yoma aprobó la iniciativa del ministro y dijo que «fue un buen gesto»Las sucesivas desmentidas sucedieron a una demanda formulada por el diputado peronista Carlos Soria, quien presentó ayer un pedido de juicio político al ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, por «supuesto mal desempeño» de sus funciones y «posible comisión de hechos ilícitos», en conexión con la causa de presuntos sobornos en el Senado.

Este es el primer pedido de juicio político contra un alto funcionario que se formula en la Cámara de Diputados. La solicitud ingresó en la Cámara con las firmas de los diputados Carlos Soria, Teodoro Funes, Norberto Nicotra, Osvaldo Valdovinos y Eduardo Di Cola, del bloque del PJ.

Soria consideró que «la única forma de investigar en serio a un funcionario» es a través de la comisión de Juicio Político de la Cámara baja, la que desde la semana próxima deberá someter a consideración el pedido.

«El bochorno que rodea todas las manifestaciones muy controvertidas acerca de la reforma laboral, los dichos del ministro Flamarique y las manifestaciones de distintos sindicalistas llevó a pensar que es lógico y necesario que se le plantee el juicio político a Flamarique», resumió Soria. (DPA)

Quedará una única causa penal en Tribunales

El vicepresidente Alvarez comenzó la jornada de ayer en el despacho del juez Urso, donde radicó una denuncia por la supuesta «compra de favores» que se habría efectuado en el Senado. La denuncia del vicepresidente se suma a las seis realizadas en la justicia federal, aunque se informó ayer que finalmente el asunto será objeto de una única causa penal radicada en el fuero federal.

El fiscal federal Eduardo Freiler encontró ayer sustento suficiente a la denuncia que radicó el martes el abogado Juan Iglesias, y pidió al juez Carlos Liporaci que ordene una serie de medidas entre las que figuran las declaraciones testimoniales de oficialistas y opositores.

Es sabido que no pueden existir procesos penales con idéntico objeto, por lo que todas las causas serían finalmente derivadas al juzgado de Liporaci.

Mientras, el fiscal federal Eduardo Taiano continúa con la recepción de las primeras pruebas solicitadas en virtud de la «investigación preliminar» que le encomendó Becerra.

Finalmente, el Síndico general de la Nación, Rafael Bielsa, instó ayer a los senadores a revelar todo lo que sepan. También la justicia interrogará a los choferes, que figurarían entre los primeros convocados por Liporaci. (DyN)


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