El kiosco que nunca cierra también festeja

NEUQUEN (AN).- Marta Galiñanes es de las personas que saben cómo hacer para que su interlocutor se sienta cómodo. Y maneja, con prudencia episcopal, información y códigos de los neuquinos que se mueven por el corazón del microcentro de esta ciudad, desde hoy centenaria.

Ella sueña con que su boliche -el popular Kioscón de los neuquinos- se mantenga por siempre y promete que, mientras pueda, nunca va a estar cerrado. Es que desde hace diez años, el local que está hecho para no cerrar persianas.

«Para mí, lo que hacemos es un servicio a la comunidad; a las tres de la mañana ha venido gente ha pedir hielo seco para una vacuna y nosotros lo teníamos, no para ganar plata sino como un servicio al cliente, a la persona que en ese momento necesitaba algo muy difícil de conseguir», relata.

Marta tiene muchos amigos y bien sabe de terapias al paso. Es que, tal como reza la publicidad de un conocido programa radial, «Marta te escucha» y eso no es poca cosa en estos tiempos en el que vivimos al trote, algo evidente en Neuquén, sobre todo en esa porción del centro capitalino.

Hace 32 años vive en Neuquén y se siente de aquí a pesar de haber nacido en Lomas de Zamora y de palpitar los colores de Bánfield.

Desde que llegó a la provincia, Marta está dedicada al kiosco, y su comercio ha ido rotando de emplazamiento hasta que luego de muchas idas y venidas junto a su esposo fallecido -Carlos Villarreal- consiguieron que les otorguen un lugar clave en la diagonal 25 de Mayo, bajo los enormes eucaliptus que también son historia.

«Somos de acá, y soñamos con que el Kioscón siga acá para siempre y siempre abierto. Acá pasamos la Nochebuena, acá esperamos el Año Nuevo, todo pasa por acá y la gente lo sabe», dice Marta.

Entre muchas anécdotas que incluyen desde taxistas hasta personalidades políticas, Marta comenta que hace 13 años desde Kioscón se hizo la primera campaña contra el sida de Neuquén.

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