«El mago», un libro para hacerse ilusiones

Este jueves a las 20, el ingeniero Juan Luis Gardes presentará en el subsuelo de la municipalidad de Neuquén -avenida Argentina y Roca- su libro "El mago y otras ilusiones". El viernes lo hará en el Centro de Convenciones de la Fundación Cultural Patagonia, -San Luis 2060 de Roca- a las 19, y el sábado 8 se presentará en "La otra historia", de Cipolletti. En Roca estará acompañado por el Sexteto de Tango de la Fundación Cultural Patagonia.

ROCA (AR) Este primer libro de Juan Luis Gardes «El mago y otras ilusiones» sale a lo grande, con una edición muy bien lograda y en una tirada de 1000 ejemplares.

Lo saliente de esta edición que tiene el sello Ediciones del Eclipse de Buenos Aires, es que está ilustrada a todo color con los trabajos de un ilustrador reconocido a nivel nacional y que firma con el seudónimo «Pez».

En la presentación del INSA va a estar el Sexteto de Tango de la Fundación Cultural Patagonia, dirigido por Orlando Tumini, quien le ha puesto música a una de las milongas. También estará el actor Darío Altomaro, quien va a leer los poemas. Y finalmente el propio Gardes hablará acerca de los sueños y las utopías a fines de siglo.

Un libro singular

Desde lo literario «El mago y otras ilusiones», es un libro fuera de serie porque reúne tres géneros literarios bajo un solo libro: la primera parte de cuentos y relatos, la segunda de milongas con sus respectivos prólogos y la tercera de misceláneas. «Yo pensé mucho sobre este tema y lo que me pregunté es ¿dónde hay una fórmula escrita para no hacerlo así? , dijo Gardes a «Río Negro». «Como yo soy mi propia empresa, determiné hacerlo así. Y me sentí cómodo después de hacer algunas consultas entre la gente que conozco. Lo que creo es que tiene que tener una coherencia estilística -que yo he buscado, aunque no se si la encontré- y a su vez tiene una unidad a través de la ilustración».

«De cualquier manera -dice Juan Luis Gardes- hoy me siento cómodo. Si le pasa lo mismo al lector, estará cumplido el objetivo. No pretende ser una trasgresión, simplemente que muestra lo que yo he escrito y que creo que tiene cierta coherencia. Los cuentos tienen un estilo no sé si milonguero, pero son reos» subraya.

Los dos primeros cuentos se salen un poco del estilo porque el primero, «La apuesta» tiene un tono más clásico en su lenguaje. El segundo: «Un cura, un sacristán», tiene un lenguaje muy hispánico.

Gardes asegura que en él sin embargo, «he intentado pintar un pueblo local, el submundo que se mueve a veces con gran hipocresía, con cierta moralina», pero reconoce lo de hispánico porque es un cuento que le dedica a su abuelo.

Respecto de las milongas, que son muy burlonas, tienen el tono de lo estilos sureros, «y salvando las distancias, tienen el tono de las milongas de Borges o de Yupanqui».

Confía a esta cronista que «esto es espontáneo porque me pongo a escribir un poema y me sale octosilábico, sin proponérmelo. Creo – y lo digo en el libro- que el octosílabo es al canto popular español que tanto hemos mamado desde los cultural».

Precisamente, «En las milongas la intención es rescatar lo popular pero sin pretender vender el barrio. No tengo una postura ficticia en esto». Cada una tiene un prólogo que conforma una unidad con la milonga misma. «En eso rescato a Borges; el prólogo es imprescindible para dar lugar a la milonga. Así fueron concebidas» subraya.

Una tal Gorgelina Arena

Y luego vienen las misceláneas, que es la parte más rara del libro. Uno se queda con la duda de la existencia de Gorgelina Arena, que está presentada como una crítica del ciberespacio y que es la prologuista del libro. Es un personaje que está en el borde de la ficción.

«A mí me gusta jugar con la duda en el lector», dice Gardes. E incluso nos da a entender que tiene una clave en su nombre que no podemos develar, pero que encierra un homenaje a la mujer escritora. Es casi un juego de ingenio, un ajedrez a lo Borges. Contiene unas cuantas bromas borgeanas que el lector deberá descubrir y aprender a divertirse con el juego propuesto.

Aunque este escritor da algunas claves para que el lector las descubra, habrá que leerlas con cierta atención para entrar en ellas. «Pero las dudas le van a quedar al lector de todos modos», dice Gardes, que sin embargo cree en la colaboración del lector en la obra. «Es más, creo que un libro tiene que conmover y hacer que el tipo vuelva y busque claves para entenderlo. Tampoco creo que el escritor deba ser críptico, pero sí hacerle trampitas y propuestas lúdicas al que lee».

Asegura haberse divertido mucho cuando lo escribía en las madrugadas en su casa o en un bar de Buenos Aires donde se instalaba con su computadora. «Es importante poder gozar de lo que uno está haciendo y también emocionar», admite con una sonrisa cómplice.

La edición, muy especial

Es una edición de superlujo y hay un trabajo que incluye la labor de gente de la región. Lleva el sello de Ediciones del Eclipse, de Buenos Aires, que lo vinculó a dos cosas que considera importantes en la edición: la primera es el ilustrador: Pez. La otra cuestión es la corrección. «Los cuentos me los ha corregido Marcela Grollo que es una profesora de letras de Buenos Aires, correctora de Editorial Sudamericana, con la cual tuve muchas secciones que me hicieron aprender. Yo tuve un gran trabajo de corrección y en eso ella me ayudó mucho. En realidad lo edito para no corregir más y para poder seguir escribiendo» afirma convencido.

Pez (Luis Quiroga) -que estará el jueves en la presentación de Nequén y luego el viernes en la presentación que se hará en Roca- es un joven que viene de las revistas Fierro, Escorpio, El Tajo y que ahora se está abriendo paso en el mundo cultural de Buenos Aires. También trabaja en la revista cultural del diario La Nación, en la revista Filme y ha hecho muchos gráficos de películas argentinas. A su vez es escritor de cuentos infantiles. «Yo me contacté con él -dice Gardes- y le dejé el material, con lo que él hizo las ilustraciones. A mi juicio lo ha hecho muy bien y encaja muy bien en lo que es el libro».

«La otra parte importante tiene que ver con el diseño gráfico y la impresión, enumera el autor. El diseño gráfico lo hizo Orlando Gómez, un conocido diseñador de Roca. Con él también trabajé mucho».

«Y la impresión la hizo Gráfica Althabe, de Neuquén, que ha tenido un cuidado increíble; tanto, que reimprimieron el trabajo porque tenía pequeños errores cuando ya estaba encuadernado en parte. Por eso es que garantizo que ha sido cuidado hasta el último detalle. Y estoy sumamente orgulloso de ello, más allá de la literatura, porque el trabajo gráfico se ha hecho en la región y creo que no tiene que envidiarle nada a lo hecho en Buenos Aires».

De todos modos el sello de la editorial -Ediciones del Eclipse especialistas en edición de libros de literatura para colegios secundarios – supervisó y aprobó cada paso de la edición.

Foto:Juan Luis Gardes cree que es importante que uno se ría y disfrute de lo que ha escrito.


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