El más grande, pero sin techo
La lluvia, otra vez protagonista.
En Wimbledon ya no sucede, lo que potencia la intensa discusión en el US Open después de que la lluvia, por tercer año seguido, postergara hasta ayer la final del último Grand Slam de la temporada. Nueva York dispone del mayor estadio de tenis del mundo, pero el Arthur Ashe no dispone de techo, por lo que el español Rafael Nadal y el serbio Novak Djokovic no pudieron jugar la final el domingo y más de 24.000 fans tuvieron que volver a casa. Ayer el techo volvió a añorarse, porque la final fue suspendida una hora y media una vez iniciada con Rafael Nadal en ventaja de 6-4 y 4-4. La lluvia, otra vez, se adueñaba del torneo. Ya en 2008 y 2009 la lluvia impidió que la definición se jugara el domingo. “Instalar un techo es técnicamente complicado y verdadero reto financiero”, señaló el portavoz de la Federación Estadounidense de Tenis (USTA), Chris Widmaier. Según sus cálculos, los costos para cubrir el imponente estadio Arthur Ashe ascenderían a 150 millones de dólares.
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