El metalúrgico que cambió la oficina por una soldadora

Omar Ricardo Santos trabajaba en un banco. En 1978 se compró su principal equipo y desde entonces disfruta de lo que hace. En el Día del Metalúrgico, cuenta su historia.

Omar Ricardo Santos es un metalúrgico herrero por azar y por pasión. En 1978, cuando todavía era empleado bancario, compró su primera máquina soldadora y asegura que jamás pensó que la vida le regalaría tanta satisfacción al trabajar entre los hierros y las maquinaria.

Hoy, desde su humilde taller, le da pelea no sólo a recesión sino también a una dura enfermedad.

En los inicios, Santos alternaba su tarea en la entidad bancaria nacional, que mantuvo hasta 1986. “En esa época había en Río Colorado muy buenos metalúrgicos y cuando yo me las veía feas por no saber cómo se hacía algo o veía que lo estaba haciendo mal, iba y les consultaba. Siempre fui muy puntilloso a la hora de cumplir con la gente, para dejarlas conforme con los pedidos”, asegura.

Moviéndose dentro del taller muestra una gran experiencia, y también su amor por lo que hace. “Vi la soldadora, en 1978, en el negocio de Martínez, sobre el mostrador. Le pregunté el precio y le dije: ‘Si me la dejas pagar en dos o tres veces, me la llevo ya’. Y salí con el equipo a cuestas. Así empecé en esto y creo que seguiré hasta el último día, porque haciendo lo que a uno le gusta, tiene la profesión y la pasión juntas”, recuerda Omar con un gesto de melancolía.

“Siempre trabajo solo y nunca privilegio tal o cual tarea. Para mí es lo mismo hacer un tinglado para una empresa o soldarle una bisagra a un portón. Todos los pedidos los tomo con la misma responsabilidad”, cuenta el hombre.

A Santos se le nota la emoción al referirse a algunos pasajes de su vida. “Una vez, una reconocida persona del pueblo me pidió un trabajo puntual con finos y lujosos detalles. Lamentablemente, el cliente falleció un tiempo más tarde y no pudo ver como quedó el trabajo que aún hoy está intacto frente a su domicilio”.

En los inicios, Santos alternaba su tarea en la entidad bancaria nacional. Así se mantuvo hasta 1986, cuando cambió todo por el taller.

Datos

En los inicios, Santos alternaba su tarea en la entidad bancaria nacional. Así se mantuvo hasta 1986, cuando cambió todo por el taller.

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