El motivo del crimen en Patagones es un misterio

Ayer sepultaron al comerciante Rubén Stribing.

CARMEN DE PATAGONES (AV).- En medio de una gran congoja popular, fueron sepultados ayer los restos del comerciante maragato Rubén Stribing, salvajemente asesinado el sábado cuando un productor agropecuario ingresó visiblemente alterado al negocio de la víctima y lo mató a tiros y con cortes de un cuchillo.

La despedida tuvo como marco una generalizada incertidumbre sobre el motivo que habría invadido al victimario -Edgardo Gilardi de 30 años- como para tomar semejante determinación.

La conmoción generó que numerosos vecinos se autoconvoquen en la sala velatoria y después en el cementerio local. El cortejo fúnebre fue acompañado por una extensa fila de vehículos que sobrepasó las cuatro cuadras. Hubo una notoria presencia de productores agropecuarios en razón de la actividad que desplegaba el comerciante de 48

años.

En cuanto a ciertos detalles del violento episodio, el titular de la comisaría maragata, Eduardo Diego, dijo a «Río Negro» no tener en claro qué le pudo haber ocurrido al productor que le disparó con un pistolón y luego degolló al comerciante.

Algunos allegados creen que Stribing habría advertido días atrás a su victimario que deje de molestar a una joven de nombre Virginia, quien trabajaría en su negocio.

Precisamente, en el ingreso al edificio, Gilardi -que también era cliente- escribió con sangre las primeras dos letras del nombre de esa persona. La joven se encontraba ausente en ese momento.

Las pericias psiquiátricas habrían determinado que Gilardi está en condiciones de declarar. En consecuencia, hoy sería trasladado a Bahía Blanca para enfrentar una causa por homicidio, lesiones y resistencia a la autoridad.

Esta última figura fue incluida al negarse al arresto luego del episodio que concluyó con dos efectivos de la Policía bonaerense lesionados como producto de un forcejeo.

La requisitoria judicial está a cargo del Fiscal Gustavo Zorzano, quien es el responsable de tomar la declaración indagatoria.

El traslado se desarrollará con algunas medidas de seguridad preventivas ante la indignación que causó la muerte del comerciante ampliamente conocido por su actividad, ser un reconocido cazador y por haber desarrollado un emprendimiento de cría de jabalíes en cautiverio.

Las actuaciones sumariales se iniciaron el mismo sábado del asesinato cuando dio su versión de los hechos a los policías el joven Pablo Arizcuren, un testigo clave que resultó herido cuando un perdigón le rebotó en la zona abdominal.

La médica psiquiatra Silvia Ocampo, directora del hospital de Patagones, admitió ayer que aún no pudo hacer una composición de lugar sobre un segundo hecho de tremendas características que conmovió a esa comunidad.

Reparó en que estas cosas se vienen repitiendo porque en Patagones -mucho antes de la masacre- también se produjo el salvaje asesinato a hachazos de una anciana en el barrio Villa Lynch, sin embargo «la gente tomó mayor conocimiento de la magnitud de los hechos a partir de lo ocurrido en el colegio».

Como consecuencia de estos casos resonantes, señaló que desde ese nosocomio se viene poniendo énfasis en trabajar en la cuestión violencia desde el área de Salud Mental.


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