El museo, una gran atracción

Juan Thomes

En el breve período de vida de la localidad, el museo Ernesto Bachmann ha desempeñado un papel fundamental, ya que allí se albergan los fósiles del Giganotosaurus Carolinii, el dinosaurio carnívoro más grande que vivió sobre la Tierra. La directora de la institución, Evelina Babinsky, explicó que desde su origen, el museo “es la estrella principal de la villa”. Antes del boom por la historia de los fósiles, Babinsky comentó que el complejo hidroeléctrico era el sustento para quienes allí vivían y lo más atrayente del lugar. Pero la oleada de privatizaciones de los 90 provocó que el complejo cayera en manos extranjeras y “la villa quedó a la deriva, la municipalidad tenía que hacerse cargo de todo y no tenía personal”, recordó. En la misma época convergieron dos circunstancias que ofrecieron un nuevo horizonte al pueblo: el hallazgo del Giganoto y casi al mismo tiempo la creación del museo en un edificio provisorio en 1995. Dos años después se trasladó a unas viejas instalaciones de la ex Hidronor. Actualmente funciona de 8 a 19 con una entrada general de 20 pesos para mayores de seis años. En esta etapa del año es cuando más escuelas públicas asisten y por eso se ofrece una tarifa especial de 5 pesos por estudiante. Posee cuatro salas y la quinta será inaugurada el 9 de noviembre junto con los actos por el aniversario. En el espacio principal están los restos originales del Giganoto en el suelo “en un simulacro de donde se encontró”, comentó la directora. La réplica de este ejemplar comparte otra sala con un Carnotaurus hallado en Chubut, que será trasladado al nuevo espacio. En una tercera sala hay una réplica en roca de un Skorpiovenator, otra especie que fue hallada en la zona y en la cuarta sala se muestran restos de un Neuquensaurus y un Amargasaurus Casuei, herbívoros que también caminaron la Patagonia. (AN)

Las réplicas de tamaño natural no dejan de sorprender a los visitantes.