El negocio de los billetes y la campaña K
Tras la moratoria que la AFIP otorgó en 2010 a la imprenta Ciccone por una deuda impositiva de unos de 51 millones de dólares, la compañía obtuvo luego millonarios contratos para imprimir billetes y material de campaña del Frente para la Victoria para las internas abiertas y obligatorias de agosto de 2011, previas a las elecciones generales de ese año en las que Boudou acompañó en la fórmula a la presidenta Cristina Fernández. Según documentos presentados como prueba en los tribunales, Boudou y Echegaray habrían fijado términos muy ventajosos para la cancelación de la deuda impositiva de Ciccone: un plazo de 12 años con intereses mensuales de 0,5%, muy por debajo de los índices de inflación. El vicepresidente también está bajo sospecha por una supuesta participación accionaria directa o indirecta en la sociedad Compañía de Valores Sudamericana, continuadora de Ciccone y presidida por un empresario al que se investiga como su testaferro. El vicepresidente negó haber influido para beneficiar a la imprenta y acusó al diario Clarín de confabular en su contra.
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