El nexo, por ahora vacante, entre ciencia e industria

La falta de un "management" que conecte a quien conoce la cuestión tecnológica con las necesidades del campo fue señalada como una de las principales causas del vacío entre la investigación académica subvencionada por el Estado y los requerimientos de la industria. Así lo señalaron Gustavo Bianchi y Juan Carlos González, integrantes de dos importantes empresas durante las jornadas SAM 2000 realizadas esta semana en la Facultad de Ingeniería.

NEUQUEN- El auditorio de la facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Comahue se convirtió esta semana en el foco de discusión de las políticas de Estado en materia de ciencia e investigación. Representantes de empresas y científicos y académicos cuestionaron los proyectos oficiales de reformular el Conicet y concluyeron en que «no se puede hablar de transferencia de tecnología» en el país porque «falta conectar a quien conoce muy bien la cuestión tecnológica con las necesidades del campo» de aplicación de esos conocimientos.

Ese vacío entre la investigación académica subvencionada por el Estado y los requerimientos de la industria se interpreta como «la falta de una interfaz», como una especie de «management tecnológico» que no existe en el país, dijo Gustavo Bianchi, director de ingeniería y tecnología argentina de Repsol-YPF.

Bianchi integró el jueves una mesa redonda junto con Juan Carlos González, director corporativo de producto de Siderca dentro del programa de las jornadas SAM2000 organizadas por la Asociación Argentina de Materiales y el cuarto coloquio latinoamericano sobre fractura y fatiga. Las actividades fueron seguidas por casi dos centenares de estudiosos, científicos, investigadores y expertos en el tema que deliberaron durante tres días sobre las condiciones de la ciencia y la investigación en la Argentina.

La apertura de las jornadas estuvo a cargo del rector de la universidad, Jorge Rabassa, que criticó duramente el plan de reestructuración del Conicet propuesto por el gobierno nacional. Ese discurso fue elogiado en las mesas redondas posteriores porque el desguace del Conicet profundizará el divorcio que existe en el país entre la investigación científica y la aplicación del conocimiento en la industria.

González subrayó la conveniencia de contar con «estrategias de investigación y desarrollo» como políticas de Estado. Sin embargo, en el país, «jamás se discute en serio aunque se emiten discursos rimbombantes». Comparó el desarrollo tecnológico argentino con el de Estados Unidos, donde se focalizaron las inversiones en ese sector. En Francia, dijo, se desarrolló una política similar de «protección y contención de los científicos».

Bianchi mencionó el esfuerzo que requiere poner en marcha un proyecto de desarrollo porque «la industria no confía en la ciencia». Aludió a la falta de una «interfaz» que conecte el conocimiento científico con su aplicación en la práctica y justamente ese vacío ocurre porque «falta la persona que pueda interpretar y traducir los resultados en términos mensurables para un inversor». Aludió al ejemplo de la provincia canadiense de Alberta, donde los institutos de investigación reciben financiamiento de empresas privadas «pero el 25 por ciento de su presupuesto proviene de los fondos públicos». El Estado adquirió «varias empresas de desarrollo» y las puso a investigar, y de esa manera puede contar anualmente con un presupuesto de 80 millones de dólares para esos proyectos.

Comparó esa situación con la del Conicet, que abortará toda posibilidad de transferencia tecnológica y destruirá la base de toda investigación posible. Habló de la necesidad de un cambio cultural que restablezca el diálogo entre el científico, el investigador y el industrial. También se cuestionaron los regímenes de promoción industrial que generaron «industrias basadas sobre subvenciones, pero no se pensó en términos de transferencia de tecnología», y entonces en el país los empresarios «adquirieron maquinaria obsoleta y cara» en el extranjero y desarrollaron procesos ineficientes para la industria nacional.


NEUQUEN- El auditorio de la facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Comahue se convirtió esta semana en el foco de discusión de las políticas de Estado en materia de ciencia e investigación. Representantes de empresas y científicos y académicos cuestionaron los proyectos oficiales de reformular el Conicet y concluyeron en que "no se puede hablar de transferencia de tecnología" en el país porque "falta conectar a quien conoce muy bien la cuestión tecnológica con las necesidades del campo" de aplicación de esos conocimientos.

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