El norte neuquino, abandonado a su suerte
Por Felipe Sapag y Luis Felipe Sapag
Haciendo base en Varvarco, recientemente recorrimos todo el norte de Neuquén, rememorando las acciones que transformaron su aislamiento y olvido en potencialidad para el desarrollo. Fue emocionante el encuentro con viejos amigos, con jóvenes que se esfuerzan por salir adelante, con los hombres y mujeres que han conservado la cultura ancestral de mapuches, criollos y españoles, que aprovecharon inteligentemente los recursos para sobrevivir y crecer. Por la margen oeste del río Neuquén llegamos a Colo Michicó, donde está el yacimiento de arte rupestre más importante de la Patagonia, pero no pudimos seguir hacia Butalón Norte y Charra Ruca porque el camino está abandonado.
En Cochico visitamos la escuela albergue y nos emocionó la recepción de la comunidad, que recuerda la construcción del extraordinario camino desde Barrancas y la creación de la Comisión de Fomento hace más de veinte años, acciones que rompieron su aislamiento y les permitió crecer. Charlamos con crianceros en el Cajón de los Nevados, con las Cantoras de Varvarco, con forestadores de Manzano Amargo, con guías turísticos de las lagunas de Epulaufquen y las termas de Aguas Calientes, con niños y jóvenes de los colegios de la zona, en plena actividad en esta época del año. Su alegría de vivir y su compromiso por la patria chica evidencian su calidad humana, pero el vacío institucional en el que se desenvuelven y la falta de programas para el crecimiento no están a la altura de sus potencialidades.
La región vive una grave frustración, que no puede ser ocultada. El actual gobierno se limita a hacer funcionar las estructuras creadas en el pasado y no tiene ninguna política de crecimiento. Peor aún, está retrocedido:
– El camino entre Varvarco y las lagunas, que tanto trabajo costó abrir, se encuentra abandonado e intransitable. De la misma manera está interrumpido el camino entre Varvarco y Huinganco, por la margen izquierda, por falta de mantenimiento.
– El Pabellón Turístico de Varvarco, instalado en 1999, con 20 habitaciones y servicios, no fue utilizado y se ha convertido en una especie de albergue transitorio para todo uso, menos para el previsto.
– Con la lamentable desaparición de TAN, no sólo se perdieron los vuelos regulares a la zona norte, tampoco opera ningún tipo de avión sanitario o privado.
– El aeropuerto de Las Ovejas está totalmente abandonado y en proceso de destrucción. La torre de comando ha sido ocupada por una familia, lo que también muestra la carencia de planes de vivienda.
Esa desidia contrasta con el esfuerzo que enfermeros, médicos, maestros, policías y trabajadores de Vialidad, EPEN y EPAS están realizando para que los servicios no se caigan. Hoy sólo se crea lo que es rentable para NeuquénTour, la firma que recibió la privatización del turismo provincial. Como el norte neuquino no es negocio para ellos, en la zona predominan el deterioro y la desinversión.
La grandiosa y solemne belleza de las tierras del Domuyo, sus valles, ríos, lagos y montañas, enmarcados por las cordilleras de los Andes y del Viento, son un espacio ideal para el turismo, en especial el de aventuras. Para alentarlo es necesario y urgente un programa de fomento, con obras como la continuación del asfalto desde la Primavera hasta Varvarco, pasando por Andacollo y Las Ovejas. Hay que dotar al cerro Wayle de los medios de elevación e infraestructura adecuados. También, convertir al hermoso y duro sendero de penetración desde las lagunas de Varvarco Campos y Varvarco Tapia hasta Cochico, en un escenario de turismo y competencias de riesgo, pues es el camino más alto de la Patagonia, alcanzando 3.100 metros a la vera del cerro Crestón. Es imperiosa la creación de otra TAN como la que tuvimos, ya sea estatal o privada. Sin transportes adecuados no hay futuro ni seguridad. Los aeropuertos de Chos Malal, Caviahue y Las Ovejas, prácticamente abandonados, están esperando. También es imprescindible para el despegue a largo plazo de un fuerte impulso a la forestación, que ya gravita con 20.000 hectáreas plantadas. En la región norte hay 200.000 has aptas para una actividad que genera miles de puestos de trabajo.
Hace 29 años, el 20 de marzo de 1976, inauguramos el camino que dio acceso a las termas del Domuyo y alcanzó las lagunas en las nacientes del Varvarco. Don Gregorio Alvarez nos acompañó y en su discurso, cuyo texto figura en su libro «El Domuyo y sus misterios», pidió continuar con la circunvalación al volcán Domuyo y otras obras de infraestructura, el estímulo a la minería, el apoyo al turismo y el desarrollo integral de una zona única por su gente, su historia y sus recursos. El desafío todavía no se ha completado.
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