El optimismo de Timerman, las ironías de los isleños
El canciller argentino no logra avances en su gira británica.
BUENOS AIRES (DyN).- El canciller Héctor Timerman se negó a recibir una carta que le acercó un isleño en Londres, al salir del Parlamento británico, donde reiteró que la Argentina no reconocerá el referéndum que se realizará el 10 y 11 de marzo en las Malvinas para ratificar su pertenencia al Reino Unido. Como contrapartida, los parlamentarios británicos manifestaron sus objeciones y “expusieron muy claramente su posición del respetar la autodeterminación de los ciudadanos de las Falklands (Malvinas)”, según explicó el presidente del grupo interpartidista de relaciones británico-argentinas, Robin Walker. Al término de ese encuentro, Timerman rechazó una carta de invitación que intentó entregarle Dick Sawle, uno de los dos representantes de la asamblea legislativa de las Malvinas, para discutir las diferencias “de una manera razonable y constructiva”. “Aunque valoramos nuestros vínculos con el Reino Unido, somos nuestra propia comunidad, libre de decidir nuestro futuro político. Creemos que el referéndum del mes que viene dejará muy claro que no queremos ser gobernados por Argentina”, decía la carta. Timerman manifestó ante los parlamentarios británicos que la Argentina no reconocerá el resultado del referéndum porque las Malvinas no son una “población colonizada” sino “un territorio colonizado”. Más temprano, en declaraciones a la prensa británica, Timerman señaló que “no” cree que “lleve otros 20 años” recuperar las Islas Malvinas del dominio inglés, mientras que los kelpers respondieron con ironía y advirtieron: “Argentina “tiene más chances de tener su bandera en la Luna en 20 años que en Stanley”. “No creo que lleve otros 20 años. Creo que el mundo está yendo hacia un entendimiento cada vez mayor de que éste es un asunto colonial, un asunto de colonialismo, y que la gente viviendo allí fue implantada”, opinó Timerman en una entrevista conjunta que ofreció a los diarios “The Guardian” y “The Independent”. Timerman abordó el diferendo bilateral, que atribuyó al afán británico por hacerse de recursos, ya que, según consideró, “donde quiera que haya olor a petróleo, los grandes poderes empiezan a buscar y encuentran una razón para quedarse”.
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