El padre estaba en Comodoro siguiendo una pista
Roberto Uriarte buscaba a su hija en Comodoro Rivadavia cuando Fernández Oro empezó a empalidecer por la noticia que ubicaba a un cuerpo sin vida sobre el canal principal, pocos kilómetros al oeste del lugar donde la vieron a Otoño por última vez.
En la casa de la familia empezó a reunirse gente desde temprano en la tarde, todos a la espera de una confirmación que hasta los primeros minutos de hoy no había llegado.
Ana Becerra, esposa de Uriarte, no tuvo noticias de la policía ni la justicia durante las horas posteriores al hallazgo del cadáver.
Pasadas las 19.30 tampoco tenía pensado moverse de Fernández Oro.
Sólo quería noticias oficiales y por eso aguardaba impaciente en la vivienda construida cerca de una plantación de alfalfa, en la chacra lindera a la calle Kennedy, en el oeste de la localidad.
Cuando habló con «Río Negro», la madre de los hermanos de Otoño estaba serena. Distante de cualquier manifestación emocional que pudiera provocar lo que hasta entonces sólo era un montón de datos sueltos.
El padre de la joven es esperado para la media mañana de hoy en Fernández Oro. Durante los últimos días estuvo en el sur chubutense, siguiendo una pista que indicaba la posible presencia de su hija en un prostíbulo de Comodoro Rivadavia.
Por la noche, la impaciencia empezó a rodear el ánimo de la familia y los vecinos que estaban junto a ellos en la localidad del Alto Valle Oeste.
«La policía sigue igual que hace seis meses, sin decirnos nada», se escuchó decir a uno de los allegados.
En consecuencia, la decisión de los hermanos, una tía y una veintena de conocidos de Otoño, fue viajar hasta Roca.
Alrededor de las 22 se autorizó el ingreso de un grupo reducido a la dependencia judicial para mirar las prendas encontradas en el canal.
Otros regresaron a Fernández Oro en busca de información que pudiera ayudar a los investigadores. (AR)
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