El Papa exigió a China libertad de religión

ROMA/PEKIN (DPA).- Tras décadas de tensas relaciones entre el Vaticano y Pekín, el Papa Benedicto XVI hizo ayer un llamamiento al diálogo y la reconciliación, exigiendo al mismo tiempo la libertad de culto para la minoría católica en China. En una carta dirigida a los católicos chinos, Benedicto XVI instó además a la unidad de la Iglesia, dividida en China en una Iglesia controlada por el Estado y otra clandestina que permanece fiel a Roma. El Papa considera que la reanudación de relaciones diplomáticas, interrumpidas hace 50 años, entre Pekín y el Vaticano es prácticamente imposible en el futuro cercano.

En la puja con la Iglesia estatal china, el Papa subrayó la autoridad del Vaticano en todas las cuestiones de fe: «La propuesta de una Iglesia que sea 'independiente' de la Santa Sede es incompatible con la doctrina católica». En el mismo sentido, expresó que «la Santa Sede tiene el deseo de ser totalmente libre en la elección de los obispos». El derecho canónico es igualmente incompatible con la designación de obispos por la Iglesia oficial de China, dijo el Papa. Se estima que unos 15 millones de los 1.300 millones de chinos pertenecen a la fe católica. La Iglesia clandestina que sigue fiel a Roma cuenta con unos diez millones de seguidores pese a muchos años de persecución.


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