El papa instó a “servir a la gente y no a las ideas”

Dio una misa masiva en la Plaza de la Revolución y luego se reunió con Fidel.

FRANCISCO EN CUBA

AP

LA HABANA.- Como Juan Pablo II en 1998 y Benedicto XVI en 2012, el papa Francisco también consiguió llenar la plaza de la Revolución en La Habana durante la celebración de su primera misa en Cuba. Ante el presidente cubano, Raúl Castro, que asistió al oficio religioso, y la inmensa efigie del Che Guevara que preside uno de los edificios de la plaza, el pontífice instó a unos 200.000 cubanos allí reunidos a servir “a las personas” y no “a las ideas”.

Tras la homilía, fue a visitar al líder Fidel Castro de 89 años en su residencia de La Habana y más.

En medio del histórico proceso de normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, el papa Francisco instó a los cubanos a servir “a las personas” y no a las “ideas” e insistió en que la importancia de las naciones se mide en cómo atienden a las necesidades de los más desfavorecidos.

El papa defendió el concepto del “servicio” a los demás pero alertó contra la tentación de querer beneficiar “a los ‘míos’ en nombre de lo ‘nuestro’”, porque, señaló, eso puede generar una “dinámica de exclusión”

“El servicio nunca es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las personas”.

El presidente cubano Raúl Castro participó en la misa junto con su par argentina Cristina Fernández. (Ver recuadro)

Católicos y no creyentes por igual llegaron hasta la plaza. No así las Damas de Blanco y varios disidentes. La líder de ese movimiento disidente, Berta Soler, explicó que fue detenida temporalmente, tras la llegada del Pontífice, y ayer, cuando se disponía, junto a 22 integrantes de su grupo y su marido, el ex preso político Ángel Moya, a asistir a la misa.

“Salimos de la sede de las Damas de Blanco las 23 mujeres y Moya a las 5 de la mañana para poder llegar a la Plaza y fuimos arrestados todos”, declaró Soler a medios españoles, de regreso en su casa tras permanecer detenida varias horas en una comisaría de Alamar, su zona de residencia.

Otros activistas opositores también denunciaron que “las brigadas de respuesta rápida” les impidieron acercarse a la morada del papa en La Habana. También el líder de la llamada Unión Patriótica de Cuba, José Daniel Ferrer, denunció la detención de 31 opositores que iban a la misa.

Durante la noche del sábado, algunos periodistas preguntaron al padre Federico Lombardi, vocero del Vaticano, si el Papa pasaría de largo por Cuba sin recibir a los disidentes ni abordar la cuestión. El jesuita respondió que “no todo en la visita del papa son discursos públicos, también hay asuntos que se tratan en privado”, dando a entender que Bergoglio sí estaría mediando a favor de la oposición pero lejos de los medios y la polémica.

En un encuentro privado con Fidel, el papa le obsequió algunos libros, incluido una colección de sermones del sacerdote jesuita español Amando Llorente, quien fue profesor del propio Castro cuando estudió en el jesuita Colegio de Belén de Cuba.

Llorente fue forzado a salir del país poco después del triunfo de la revolución en 1959, cuando Castro asumió el poder. Murió en Miami en 2010. (AFP/AP)


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