El precio da un respiro

¿Y si la baja del precio del petróleo termina beneficiando el desarrollo shale en la región? El tema sobrevoló el último congreso de la SPE (Sociedad de Ingenieros en Petróleo por sus siglas en inglés). Acaso para aplacar el mal clima o bien a modo de consuelo, no son pocos los que creen que el crudo barato ralentizará el boom del shale en la Argentina, permitiendo al país ponerse más a tono con la demanda de infraestructura necesaria para acompañar ese desarrollo. Y no se trata sólo de una cuestión de comodidad de sus ciudadanos. El propio negocio exigirá cuantiosas inversiones en rubros en los que hoy apenas se piensa, como el transporte de hidrocarburos o inclusive en refinerías, pensando en la posibilidad de exportar derivados de petróleo con agregado de valor. El transporte será otro desafío y el desarrollo de nuevas vías para ferrocarril tendrá un capítulo especial, sobre todo para el traslado de insumos incómodos de mover como la arena. La menor actividad por la caída del barril también aumentará la oferta de equipos disponibles, otro cuello de botella para la Argentina. De hecho, YPF pudo traer torres de última generación e inclusive discutir precio con algunos proveedores, algo antes impensado. La única experiencia a mano para entender el impacto de la actividad es la Estados Unidos. Allí, en tan sólo cinco años, el shale generó una revolución imparable. Pero lo hizo con un crudo a 100 dólares. Hoy la realidad muestra un retroceso muy grande en la actividad, aunque aún no se refleja en la producción.


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