El presidente busca ratificar su alianza con Duhalde

Escenario

BUENOS AIRES (ABA).- «Ninguno de nosotros se irá de boca». Delegados kirchneristas y duhaldistas se prometían mutuamente que en el Congreso del Partido Justicialista que sesionará hoy en Parque Norte, no avivarán el fuego de la división, tras la recordación en la ex Esma, el miércoles, del 28 aniversario del golpe militar, con la participación del presidente Néstor Kirchner, pero sin la mayoría de los gobernadores peronistas.

Refunfuñando – «el Presidente no nos quiere», se lamentaban ayer los duhaldistas – o poniendo paños de agua fría – «ustedes ayudaron a estabilizar el país, pararon a Menem y nos ayudaron a ganar», lisonjeaban los kirchneristas -, los dos sectores armaban una estrategia común para «aislar» al cordobés José Manuel De la Sota – el gobernador al que acusan de promover la solicitada de queja por «una supuesta discriminación» -, y conseguir un respaldo contundente a la gestión del patagónico.

Anoche, en la Rosada – donde enigmáticamente se dijo que «todavía no está definida» la presencia de Kirchner en el congreso peronista, aunque luego se supo lo contrario -, se aseguró que las «fisuras» expuestas en el partido estuvieron «alentadas» por quienes, como De la Sota, «tratan de hacer fracasar al Presidente en su política de grandes transformaciones». Le reprocharon al cordobés «haber arrastrado» a figuras como Jorge Obeid y Jorge Busti. «Todos podían haber venido calladamente y no había ningún drama, pero quisieron sobreactuar y eso generó las rispideces». Sospechan en la Rosada que De la Sota está tratando de juntar a Carlos Reutemann, Juan Carlos Romero, Rubén Marín y al emenepista Jorge Sobisch.

En el proceso de reacomodamiento interno, donde no ceden lugar a los menemistas que levanten las banderas de su ex jefe, el kirchnerismo tratará hoy de sostener al jujeño Eduardo Fellner como titular del PJ, a pesar de la «bronca» que sus declaraciones fueron originando en el heterogéneo abanico peronista.

El duhaldismo y el kirchnerismo alcanzan casi 570 delegados. Un entendimiento entre ellos serviría para dictaminar una amnistía – que tiene nombre y apellido, el gobernador Carlos Rovira, expulsado del PJ misionero -, y promover un homenaje en favor de los derechos humanos y de todos los presos políticos y desaparecidos en la Argentina, dando por clausurado la seria división expuesta el 24 de marzo pasado.

Fuentes kirchneristas aseguraron a «Río Negro» que hoy el PJ concluirá dando «un rotundo respaldo» a Kirchner y se convertirá en pivote de su proyecto, luego de que el patagónico «saldó todo lo que había que saldar de parte del peronismo con la sociedad». Y eso que el patagónico seguirá insistiendo con una propuesta que excede los marcos tradicionales del partido.

Arnaldo Paganetti

Nota asociada: Kirchner sumó más tensión con los gobernadores y hoy no va al congreso del PJ  

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