El presidente del Napoli se quiere comer al Pocho

El presidente del Napoli italiano, Aurelio De Laurentiis, no anduvo con vueltas ni eufemismos y el destinatario de su ira fue Ezequiel Lavezzi, quien reclama una mejora contractual.

«Si un actor se comportase como él me lo hubiese comido», disparó con furia De Laurentiis, que además es productor cinematográfico.

¿Cuál fue el problema con el Pocho? Que cuando terminó el Calcio anterior se marchó a Buenos Aires disgustado por no haber acordado una mejora de su contrato con la entidad napolitana.

Ayer, en una conferencia de prensa brindada en Lindabrunn, Austria, donde el equipo se encuentra de pretemporada, De Laurentiis tiró con munición pesada: «Nosotros no llegamos a la Intertoto gracias a Lavezzi, y él convirtió solamente siete goles, no 27».

Después de repetir la frase del actor, el titular del club italiano aseguró que Lavezzi «es un jugador discontinuo, y no es Maradona», quien brilló en el club del sur de Italia de 1984 a 1991.

«Lavezzi tiene una personalidad que yo no puedo cambiar. Puedo entenderlo pero no comparto su manera de pensar. Está claro que ninguno de los dos modificará sus posiciones. Pero puedo asegurar que él está colocado en un pedestal pero no por méritos propios. Esto es consecuencia de los medios periodísticos. En realidad si consideramos sus rendimientos, está sobreestimado», dijo el dirigente.

La página web de Eurosport reprodujo las declaraciones de De Laurentiis según las cuales indicó que «a partir de hoy no voy a permitir cualquier tipo de reclamo; aquí se va a tener que respirar un aire profesional».

«No quiero oír más de algún futbolista que se acuesta tarde o sale de noche, o de fumarse un cigarrillo. Quiero un sentido de total responsabilidad», aseveró el dirigente.

Sin nombrarlo directamente, el titular del club napolitano se refirió a Lavezzi y comentó que «aquí se firmó un contrato por la capacidad profesional de cada uno y nosotros tratamos a los jugadores como tal; no quiero más reclamos de pagos». Así, es obvio que el Pocho deberá buscar nuevos rumbos.