El proyecto de ser madre joven

Los médicos barilochenses descartan la falta de información. Creen que la mayoría de los embarazos adolescentes que se registran en Bariloche obedecen a una elección y a un proyecto de vida. Esto explicaría las preocupantes cifras locales en relación a la media nacional. Porcentajes que se mantienen estables desde hace años.

Se estima que en Argentina, los embarazos en la adolescencia oscilan entre el 15 y 18%. Si bien esos números se condicen con el sector privado en Bariloche, el hospital zonal Ramón Carrillo registra un 23% de casos. Ese número asciende hasta el 50% en los centros de salud de algunos barrios.

“Tenemos un 60% de casos en el barrio Arrayanes, un 45% en el barrio 2 de Abril y un 48% en el barrio Frutillar. Pero estos registros se mantienen en el tiempo pese al acceso a los métodos anticonceptivos y a que los adolescentes saben qué métodos pueden elegir y cómo se usan. Por eso, dejamos de plantearlo como un problema”, explicó Felipe De Rosas, médico y director del centro de salud del barrio Frutillar.

Natalia Zemp, médica de adolescentes, coincidió: “En su momento, era un tema preocupante, una extrañeza. Veíamos que más allá de garantizar el acceso de los métodos anticonceptivos, no se lograba disminuir la tasa de embarazos. Sucede que en muchos casos es una elección. El embarazo implica ser reconocido como alguien cuando no está claro el horizonte. Para la población más vulnerable, muchas veces formar una familia es una vía de escape”.

Los profesionales de la salud coinciden en que la tasa de embarazo es más alta en la población que abandona la escuela o con menos acceso a un empleo. Además, en la mayoría de los casos, los jóvenes “deciden repetir la historia de sus padres”.

“Para algunos, un embarazo adolescente representa una catástrofe. Para otros, un modelo familiar. Acá el embarazo tiene que ver con la tradición, con la cultura y querer indirectamente proyectarse en el cuidado de un hijo. Muchas adolescentes que tienen un hijo, a los dos años vuelven a quedar embarazadas”, aseguró Mercedes Garegnani, médica hebiatra del hospital zonal.

Lo que más preocupan son los embarazos en la adolescencia temprana, es decir entre los 12 y los 14 años, porque por lo general se dan a partir de situaciones de abuso y son embarazos de alto riesgo. Pero los profesionales de la salud aseguran que “los casos son contados con los dedos”.

En los jóvenes de nivel socioeconómico medio o alto, por lo general los embarazos quedan invisibilizados. Estiman que en estos casos aumenta el índice de interrupción del embarazo, ya que hay más influencia del medio y las familias.

“Tampoco en estos casos hay falta de información. Lo que sucede es que en el momento los chicos no miden riesgos. La población adolescente tiene su desarrollo neurológico en proceso de formación y no toman en cuenta los riesgos a los cuales se exponen. Piensan que nunca les va a pasar nada, que sí le va a pasar a otro”, subrayó Zemp.

“Hay información, se entregan métodos anticonceptivos gratis… Necesitamos tomar conciencia sobre los riesgos de las enfermedades de transmisión sexual”.

Mercedes Garegnani, médica hebiatra del hospital zonal.

La estadística