El psiquiatra Jorge Pellegrini advirtió sobre datos preocupantes en adicciones

En febrero de 1984, el medico psiquiatra Jorge Pellegrini dirigía el servicio de Salud Mental del hospital Francisco López Lima. Para él, uno de los principales problemas en la Salud Pública es el alcoholismo, y por eso desde aquel entonces viene trabajando con los Grupos Institucionales de Alcoholismo(GIA), que por estos días cumplieron sis primeros 35 años de vida.

Se trata de uno de los precursores de la desmanicomización, creador de la película y el libro “Gerónima”, y casi una institución en la materia. Se mostró alertado por algunos datos alarmantes sobre el consumo de alcohol, el más naturalizado en la sociedad, y por otras adicciones.

La semana pasada, Pellegrini brindó una charla en el Complejo Cultural Cipolletti, para conmemorar el aniversario de aquellos grupos que buscaban poner en el rol de protagonista al alcohólico, con un abordaje desde el trabajo grupal. “Frente a un problema de tal envergadura es necesario un enfoque terapéutico acorde”, enfatizó. Hoy se habla de adicciones, pero para él, “el alcoholismo es la principal”, sostuvo, justamente porque “está presente en nuestras vidas desde que nacemos, en festejos, encuentros, y estos años se multiplicó”, resaltó.

Un dato que preocupó al profesional es que, por primera vez en la historia del país, más mujeres que hombres consumen alcohol. “Cuando empezamos a trabajar, la mujer madre, tía, abuela o hermana mayores, aparecía como lo que nosotros llamamos ´factores de moderación´, y eran ellas las que decían ´paremos con el alcohol´”, señaló.

“Ahora la vivencia es que nuestros jóvenes viven en núcleos familiares en los que, no solo el alcohol se ha familiarizado, sino que el consumo se ha transformado en algo casi imprescindible”, advirtió. Desde los años 70 que el marketing viene centrando la mirada en ese segmento, y más adelante pasaría a concentrarse en los jóvenes.

Jorge también se alertó por cierto discurso social que “es impulsado desde sectores de mucho poder”, y que muestra “algunas sustancias adictivas como si fuesen beneficiosas”. Este sería el caso de la marihuana, que “además de recreativa ahora dicen que puede ser medicinal”, algo que planteó como “peligroso”, y que deja a la población “inerme frente a discursos que inducen al consumo” ante la ausencia de una respuesta del Estado, opinó.

El promedio de tiempo que la población argentina pasa frente a las pantallas, por día, supera las cuatro horas. Esto también representa un problema grave para el médico, que percibe “una sociedad que va generando adicciones que tratan de tapar los problemas reales de la población”, sostuvo.

“Hay chicos que se pasan hasta dos días corridos jugando en la computadora”, advirtió.

“Y si tenemos que encarar los problemas serios tenemos que encarar el problema del hambre, de la desocupación, de la pobreza”, y agregó que “las adicciones van mellando la capacidad organizativa para enfrentar los problemas”, advirtió.

Para Pellegrini el consumo es un problema que debe atender la Salud Pública, y que responde a factores económicos, sociales, políticos, culturales.

«Estamos frente a un tema mundial, cada 20 segundos muere una persona por alcoholismo, no solo por la enfermedad, sino que es un factor presente en los accidentes de tránsito, en los suicidios, en accidentes laborales», explicó y agregó: «Por eso decimos que produce un daño social, las adicciones son un corrosivo de la trama social», reflexionó.

La inducción al consumo

El psiquiatra se refirió, por ejemplo, a la creciente imágen que obtuvo el cannabis en sus aplicaciones para la medicina. «Desde el punto de vista farmacológico, los opiáceos son analgésicos, pero hay analgésicos que no son opiáceos, y que no generan adicción», consideró. «Se busca hacer crecer el mercado de una sustancia sumamente adictiva», señaló.

«En el Hospital Garrahan van a hacer un estudio científico que va a arrojar datos muy reveladores sobre el peligro que se corre al presentar sustancias como benefactoras, que son adictivas y atacan a la salud pública», precisó.

De hecho, si consideramos al rubro gaseosas, la marca líder en el mundo logró que millones de personas consuman un producto del que se desconoce que sustancias contiene. En ese punto Pellegrini se preguntó: ¿la libertad de comercio no tiene límites?