El que reinventó al historiador argentino

El historiador Felipe Pigna regresó a Neuquén para dar una charla sobre su libro "Los mitos de la Argentina II". Antes, habló con "Río Negro".

por: SEBASTIAN BUSADER

NEUQUEN (AN).- Felipe Pigna reiventó la manera de ver, de pensar y de exponer la historia. Los dos tomos de «Los mitos de la historia argentina» son best seller y los más vendidos en el último año -quizá más-, y su presencia mediática es sinónimo de omnipresencia, más para aquellos que conciben la realidad sólo si escapa de una radio, tevé o página de diario.

Pigna no tiene descanso. Además de su cátedra de Historia en la Universidad de Buenos Aires, conduce o colabora en alrededor de una docena de medios.

El, sobre todo él, amasó una nueva generación de historiadores de la que es núcleo, «clan» que le quitó la solemnidad a la historia y, por sobre todas las cosas, la hizo «agradable» y masiva. Generación que expone y se expone. «No creo estar en todos lados, no lo siento así», contesta.

Aún contradiciéndose, cuenta que pronto no sólo se lo verá en el canal estatal -en «Vida y Vuelta»-.

En noviembre Cuatro Cabezas lanzará -por canal 13- «Algo habrán hecho», cuatro emisiones sobre los hechos sucedidos desde las Invasiones Inglesas a la caída de Rosas, recreados por una mini tropa de actores, bajo el mando de la dupla Pergolini-Pigna. La segunda temporada del programa irá por Telefé -mudanza previa de la productora al canal de las pelotas-, y abarcará de Caseros a 1910. Fueron ocho meses de grabación en Argentina, Inglaterra, Francia, España, Chile y Perú, «un esfuerzo enorme, físico y económico. Estamos contentos, salió un producto novedoso».

-¿Novedoso en términos de originalidad?

-Sí, será un programa para pensar y pensarnos, cosa que no abunda en la tevé. Hay un altísimo nivel de producción y un trabajo de arte muy cuidado.

-¿No teme que tanta exposición lo traicione, que se cansen de Pigna?

-No es para tanto. No tengo ganas de ser omnipresente, no me interesa. Siempre pienso en no exponerme mal, sólo en los programas que me gustan.

-¿La elección depende de..?

-De códigos éticos. Nunca iría a un programa de Grondona ni de Hadad, jamás trabajaría en Radio 10 -aunque la revista «Caras y Caretas» que dirige, en su última edición, publicó una página de publicidad de esa emisora-.

Si algo hay que valorarle a Pigna es haber hallado la clave para atraer lectores hacia un género poco frecuentado. La debacle delarruista fue el empujón que recibieron mucho argentinos para correr en busca de la identidad, de «lo que fuimos para entender lo que somos».

Pigna y Lanata, con estilos diferentes, leyeron bien la actualidad y sacaron rédito de ello. «La gente me agradece que sea claro en mis definiciones, no disimulo mis posturas», arremete.

-Aquellos de hacer de la historia una cuestión subjetiva.

-La historia es absolutamente subjetiva; los sospechosos son los que se arrogan la objetividad.

-El éxito suyo y de Lanata tiene que ver con esto.

-No nos comparés. Somos distintos. Creo que lo de Jorge (los dos tomos de Argentinos) salió justo durante la crisis y fue una lectura importante para mucha gente, hay que reconocerle ese mérito…

-Pero… Siempre hay un pero.

– Hay cosas de sus libros que me parecen algo superficiales, es una lástima que tratándose de una persona inteligente como Jorge le falte análisis a sus libros; parecen una superposición de opiniones ajenas, cuando mucha gente esperaba el análisis Lanata. A los lectores les interesa que vos te juegues y digas lo que pensás, en mí caso nadie se engaña comprando un libro de Pigna.

Diccionario breve

NEUQUEN (AN).- Felipe Pigna es un apasionado de la historia, la que se escribió y la que se está escribiendo. Aquí le ofrecemos algunos términos de su mini diccionario de bolsillo:

• La historia: es absolutamente subjetiva y políticamente incorrecta. Hay que sospechar de aquellos que se arrogan la objetividad.

• La conciencia histórica de los políticos: No tienen. Poseen un nivel muy pobre en líneas generales, porque la campaña no les exige más. Esto es dramáticamente cierto. Se extrañan aquellos grandes discursos. Hoy sólo se habla del lugar en las listas y las lolas de Moria.

• La gestión «K»: Es valorable su política de derechos humanos, algo que no se esperaba luego del asco menemista. El error más grueso es en la política distributiva, hay un importante superávit y urgencias, y no hay que hacerse los tontos.

• El último gran mito: Será el motivo de mi cuarto libro: la convertibilidad, el último gran mito. El uno a uno nunca existió, se fue haciendo ficción y de hecho fue una ficción acordada por todos los argentinos. Sí existió el uno a uno del individualismo: de a uno nos fuimos quedando sin nada. El uno a uno es una frase que define muy bien la repugnante década de los '90.

• Provincias feudalistas: Es increíble, pero muchas provincias argentinas se manejan con criterios feudales. Lugares donde el gobernador es dueño o accionista del diario local, de la radios, del canales de tevé, de la publicidad oficial de los medios, de los planes sociales, de las vidas. Así condiciona el futuro político de esa provincia, atado a los antojos de una administración determinada.

• Peronismo. Todos los núcleos que vemos son peronismo, el «K», el de Duhalde, el de sus mujeres, hasta el asco menemismo. Es un movimiento tan amplio que cruza todo el país. Hoy no hay una campaña electoral, es sólo la campaña de un partido dividido en dos o tres partes, el resto de las expresiones políticas no cuentan (S.B).


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