El radical Atilio Feudal será el futuro intendente de Bariloche

SAN CARLOS DE BARILOCHE.- La Alianza arrasó. El 10 de diciembre Atilio Feudal volverá al despacho que ocupó entre 1983 y 1985, pero esta vez con plenas facultades ejecutivas. Además contará con al menos cinco concejales de su partido y anoche se evaluaba la posibilidad de que obtuviera un sexto, con lo que lograría la mayoría absoluta del cuerpo.

A su vez Fernando de la Rúa hizo aquí una elección memorable. La consigna «Somos más» que plasmada con creces en las urnas: obtuvo el 61,1 por ciento de sufragios contra un 18,8 por ciento de Duhalde y un 15,9 por ciento de Cavallo.

De esta manera, el PJ sufrió una catástrofe. El intendente César Miguel sólo captó menos del 17 por ciento de los votos en su intento reeleccionista. A Duhalde le fue aún peor. Ni siquiera la presidenta del Concejo Ester Acuña se salvó del incendio y deberá contentarse con una de las dos bancas a las que quedó reducido el bloque justicialista.

Sorprendió Bravo

Dentro de ese panorama claramente favorable a la Alianza fue sorprendente el buen desempeño del automovilista Carlos Bravo.

Desde su promocionada condición de «nacido y criado», llevó al PPR a registrar un impensado segundo lugar en la postulación a intendente y concejales. Gracias a este panorama el partido creado por el general Requeijo tendrá dos concejales.

Menos motivos para festejar tuvo el Frente Grande y su figura saliente Julio Accavallo. Si bien lograron el ingreso de Irma Haneck al Concejo, su performance de ayer estuvo muy por debajo de las expectativas previas y los resultados de las últimas elecciones.

A su turno el MPP, que salía maltrecho de la pelea con el PJ, podría sentirse satisfecho con la banca que logró retener Jorge Temporetti entre los ediles locales. En última instancia podría decirse que el objetivo está cumplido: Temporetti quería su reelección y si hubiese ido con el justicialismo no hubiera alcanzado el logro.

Por último, de las seis listas en juego en la ciudad la única que no obtuvo cargos fue la demócrata cristiana, que llevaba a Rodolfo Galosi como candidato a intendente. Apenas redondeó un 3 por ciento de los votos, menos que los blancos e impugnados.

La elección transcurrió con total normalidad. Fue un día caluroso y el cielo estuvo parcialmente nublado. Tal vez por esas características los electores fueron algo remolones y recién a las 15 se había logrado el 50 por ciento de los sufragios.

Casi no hubo incidentes. Por la mañana algunos referentes peronistas denunciaron que faltaban sus boletas en un grupo de escuelas. Pero a medida que las encuestas en «boca de urna» anticipaban los resultados, las voces de protesta fueron acallándose.

La nota del comicio la dieron sin dudas los numerosos y complejos cortes de boleta.

Los cestos de los cuartos oscuros desbordaban de descartes y las autoridades de las distintas mesas debieron recurrir a toda su paciencia para desentrañar la voluntad del electorado. Por eso mismo el recuento de votos se volvió exasperante y a las 23 de ayer aún no habían alcanzado de registrar el 80 por ciento de los resultados.

Contra Zúñiga

Un primer análisis del punto muestra que el mensaje más claro se produjo en el PJ. Sobre el mal resultado del partido, peor fue el del candidato (barilochense) a diputado nacional Ovidio Zúñiga, levemente superado aquí por el cipoleño Salto.

Otra curiosidad fue la suerte de Daniel Mehdi, candidato al Tribunal de Cuentas por el MPP. Sacó muchos votos más que el titular local de esa lista, Carlos Rinaldis. En una ciudad de 100.000 habitantes, esa preferencia resulta por lo menos llamativa.

Y para los ganadores el corte fue también notable: De la Rúa obtuvo más de seis mil votos de ventaja frente a su coequiper local Feudal.