El régimen se parte en dos

Como señaló este diario ayer, Mousavi es hombre del sistema. Fue primer ministro, confidente del fallecido líder de la Revolución iraní, el gran ayatollah Ruhollah Khomeini. Cofundó la república islámica y dirigió el país durante la guerra contra Irak (1980-1988). Que Mir Hussein Mousavi sea disidente es un hecho que hace sólo un año no hubiese creido ni siquiera un conocedor del país. Pero no sólo él, sino gran parte de la elite política de la Revolución de 1979, entre ellos los ex presidentes Ali Akbar Hashemi Rafsanjani y Mohammed Khatami. «La crisis en Irán ya no se puede ignorar», dijo un observador político.

Todo comenzó con una sorpresiva conferencia de Moussavi a la medianoche de la elección presidencial: «Claramente gané las elecciones, pero hubo irregularidades», estalló la bomba política. Después, el Ministerio del Interior anunció muy rápido el triunfo de Ahmadinejad con más del 60%. Y comenzaron las protestas.

Las irregularidades se convirtieron en manipulación, después en falsificación y al final se abandonaron todos los términos retóricos: el gobierno hizo trampa. El oficialismo se mostró primero victorioso, después consecuente y al final amenazó con la violencia policial. La aplicó, pero no sirvió de nada.

Al gobierno se le acabó la paciencia con los manifestantes que quieren arruinar la alegría de Ahmadinejad por la reelección. Al líder supremo, Ali Khamenei, también.La gran manifestación del sábado se convirtió en un desastre, con 19 muertos.

Los manifestantes cambiaron su estrategia. En lugar de reunirse todos en un lugar, lo hicieron en pequeños grupos en varios puntos de la ciudad. En total volvieron a ser decenas de miles. . Justamente por los muertos, los manifestantes advirtieron a Mousavi: «Tu silencio sería traición». Mussavi, quien se convirtió de tecnócrata fiel al régimen en líder del movimiento de protesta, sabe que no hay marcha atrás. «Hasta el final estaré de vuestro lado», dijo . Dónde está el final es algo que para él no está claro. Para sus partidarios y el establishment tampoco.

El gobierno dijo ayer que arrestó a la hija y a otros cuatro familiares del ex presidente Rafsanjani, uno de los hombres más ricos y poderosos del país, en una decisión que expuso la división entre los clérigos islámicos gobernantes. La semana pasada, la televisión estatal mostró imágenes de la hija de Hashemi, de 46 años, hablando ante centenares de partidarios de Mousavi.

Rafsanjani, de 75 años, encabeza dos instituciones poderosas. Una de ellas, la clerical Asamblea de Expertos, tiene el poder de supervisar y quitar al líder supremo Ali Khamenei, la figura más poderosa del país. La segunda es el Consejo de Discernimiento, que puede bloquear iniciativas de legislación. La asamblea nunca a castigado públicamente a Khamenei desde que reemplazó a Khomeini. Pero la crisis política actual podría terminar con la figura intocable del líder supremo. (AP/AFP)


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