El regreso cinematográfico del hombre invisible

NEUQUEN (AN).- La idea de que los humanos puedan ser invisibles ha intrigado a los hombres durante siglos. Este fascinante tema se repite en la tradición oral y en la literatura desde la antigüedad. Ahora fue recreado por el director Paul Verhoeven, en una provocativa película de suspenso: «El hombre sin sombra».

En la más reciente película que surge de la fértil mente de Verhoeven («Basic Instinct», «Starship Troopers», «Total Recall» y «Robocop»), el dotado científico Sebastián Cane (Kevin Bacon) desarrolla un suero que induce la invisibilidad total. Su sorprendente transformación se convierte en un poder inimaginable que parece sofocar su sentido de la moralidad y lo lleva a una furiosa y aterrorizante conclusión.

«Es impresionante lo que puedes hacer», comenta Caine, «cuando no te tienes que ver en el espejo».

Esta película tan dramática como inusual presenta a un arrogante y carismático científico, que encabeza un proyecto de investigación secreto del gobierno de los Estados Unidos para liberar el secreto de la invisibilidad.

Cuando él tiene éxito con la fórmula en animales, Caine se siente extasiado, desobedece las órdenes del Pentágono y experimenta en él mismo.

Desafortunadamente, esta apuesta tan peligrosa tiene un terrible desenlace cuando el procedimiento no puede revertirse. Caine, el `hombre sin sombra` y los tenientes Linda MacKay (Elisabeth Shue) y Matthew Kensignton (Josh Brolin) tratan frenéticamente de contraatacar el efecto. Sin embargo, Caine, al ser invisible se siente alimentado por tendencias megalomaníacas que estaban latentes y rápidamente se intoxica con este poder recién descubierto.

El laboratorio secreto se convierte en una casa dividida cuando los científicos se dan cuenta que su omnipotente líder los ve como una amenaza para su existencia.

«El hombre sin sombra»salió de los estudios Columbia Pictures. La historia es de Gary Scott Thompson y Andrew Marlowe y el guión de Marlowe. Este ambicioso e innovador proyecto fue producido por Douglas Wick y Alan Marshall.

Los actores que dan vida a los tres científicos clave en este experimento son Elisabeth Shue, actriz nominada para el Premio de la Academia, Kevin Bacon y Josh Brolin.

El equipo creativo incluye al director de fotografía Jost Vacano, ASC, al diseñador de producción Allan Cameron, al editor Mark Goldblatt, ACE, al supervisor de efectos visuales Scott Anderson, al diseñador de vestuario Ellen Mirojnick y al compositor Jerry Goldsmith.

El guión y Verhoeven demandaban extraordinarios. El reto requirió de los servicios de dos de las más importantes compañías de producción: Sony Pictures Imageworks (bajo la supervisión de Scott Anderson) y The Tippet Studio (con un equipo encabezado por Craig Hayes), que previamente compartió la nominación para el Premio de la Academia por la película de Verhoeven, «Starship Troopers».

También estuvieron involucrados para crear la magia de la película, Alec Gillis y Tom Woodruff que fueron quienes diseñaron y crearon los efectos realizados con prótesis y máscaras.

En 1989, el productor Douglas Wick se sintió intrigado con la idea de realizar una película acerca de la invisibilidad. «En ese momento se estaba dando la revolución en la tecnología de efectos visuales y me quedó muy claro que ya se podrían mostrar los rastros de un hombre invisible, como nunca antes se había hecho», explicó.