El regreso de Gabo a su 'Macondo' natal

García Márquez volvió, luego de 24 años, a Aracataca, inspiración de "Cien años de Soledad"

Una locomotora a vapor pintada con mariposas amarillas bordeó extensas plantaciones de banano ayer hacia Aracataca, en el Caribe colombiano, llevando consigo al Nobel Gabriel García Márquez, en un retorno a su 'Macondo' natal tan mágico como su literatura. La locomotora comenzó el recorrido desde el puerto Santa Marta (costa Caribe) con más de una hora de retraso, provocado por la afluencia de cientos de personas que querían viajar junto al «Gabo». «Miren a toda esa gente y después dicen que uno fue el que se inventó a Macondo», comentó el escritor mientras saludaba por un ventanilla a quienes se agolparon para mirarlo.

El escritor, quien en marzo cumplió 80 años, viajó acompañado por un grupo de amigos, entre ellos el presidente panameño Martín Torrijos, el compositor Rafael Escalona, y escritores y periodistas con los que trabajó.

García Márquez reía para sí mientras -a través de la ventana del tren- veía que al paso de la máquina y el sonido de sus fuelles, miles de mariposas amarillas salían de los arbustos y en las estaciones de cada poblado por los que pasó pudo percibir el olor de la guayaba, el fruto tropical que siempre ha dicho añorar. Una enorme pancarta con un «Bienvenido al mundo mágico de Macondo» saluda a la entrada del pueblo donde nació el escritor en 1927, y le dice al mundo que en sus calles polvorientas, azotadas por el calor y el abandono estatal, se gestaron muchas páginas de 'Cien años de soledad'.

Aunque los pobladores fustigan a García Márquez por no regresar a Aracataca desde hace más de 24 años, el médico Guillermo Valencia, contemporáneo del Nobel y -según dijo a la AFP- uno de sus amigos de niñez en el colegio Montesori de Aracataca, justificó la prolongada ausencia. «'Gabito' evitó regresar a su pueblo natal siempre por temor. Aunque no lo dice públicamente, para

él retornar a sitios donde creció es una especie de recoger sus pasos, y eso le hace reflexionar sobre la cercanía de la muerte y lo deprime», dijo. Otro amigo de la niñez, Alfredo Correa García, recuerda haberle escuchado a «Gabo» hace varias décadas, cuando siendo aprendiz de escritor le dijo adiós al pueblo, que sus coterráneos sólo lo volverían a ver en Aracataca «cuando lo estuvieran velando», en sus exequias. «Lo que más nos gusta de este viaje de retorno de García Márquez a su región es la esperanza que les lleva. El mensaje que Gabo quiere dejar es que el tren les llega con cosas buenas, es su manera de poner la literatura al servicio del bienestar común», comentó Carmen Rosa Saade.

Saade, directora de cultura del departamento de Magdalena (donde queda Aracataca y cuya capital es Santa Marta) añadió que también es la oportunidad para que los pobladores rindan tributo al escritor con «la alegría de sus bailes y el rítmico encanto de su música vallenata». «Durante varias semanas los pobladores de Aracataca le prepararon sendos espectáculos culturales con personajes e interpretaciones alegóricas a la obra del maestro», precisó.

 

Los homenajes

 

El Nobel colombiano (1982) fue homenajeado en marzo por las Academias de la Lengua Española, como el escritor en español de esa lengua más influyente en el mundo. «Me siento formidable. Al fin y al cabo me encuentro rodeado de mis amigos», dijo recientemente el escritor a la AFP al referirse a los homenajes programados a lo largo de 2007 cuando se cumplen además 25 años de haberle sido concedido el Nobel y 40 de la publicación de su obra maestra «Cien años de soledad».

La edición conmemorativa de «Cien años de soledad» se ha convertido desde marzo en el libro más vendido en varios países latinoamericanos con una tirada de un millón de ejemplares. (AFP)


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