El reino de lo salvaje
Como agasajo de cumple, Sandra y Jackie, dos gemelas de Cutral Co, conocieron Sudáfrica. Vía mail compartieron su experiencia. Te invitamos a enviar tu crónica de viaje a yovoy@rionegro.com.ar
“Aquí estamos felices y cansadísimas, hoy fue un día muy intenso, ya que por la mañana un safari dentro del Parque de los Leones Blancos fue realmente genial. Crónica mañanera: nuestro cálido guía nos explicó que era condición esencial el silencio y quedarse absolutamente inmóvil al entrar al hábitat del león blanco ya que son muy agresivos y nos teníamos que retirar si no cumplíamos esa regla; realmente fue genial, se desarrollaron todos nuestros sentidos ya que hay que buscar los animales, mirar, otear, utilizar los prismáticos, el oído, etcétera. Coleman (nuestro guía) tiene un oído y una vista totalmente acostumbrados ya que nos marcaba dónde exactamente había algo interesante para ver, nos metía con el jeep por lugares increíbles para que pudiéramos sacar fotos. Cuando íbamos hacia allí se nos cruzó una manada de cebras, empezamos a disparar las cámaras y al mirar las fotos, ¡sorpresa! todas iban tirando bosta… el guía se moría de risa. Gracias a él también tuvimos la oportunidad de encontrar el tan buscado “old búfalo”, que la manada discrimina por su edad; tal como los humanos, los jóvenes lo dejaron y siguieron su éxodo. Llegamos al parque Lion White y de pronto lo vimos, era gigante, blanco “the lion white”, el guía nos pide que ni respiremos, lo tenemos a tres metros. Nos mira, nos deja sacarle fotos, estábamos paralizados de la emoción. De pronto Merry (una turista inglesa) se para en el Jeep y todos la miramos como para matarla, creíamos que se bajaba. El guía enloqueció, “nou Merry, nou”; Merry se pasa al asiento de adelante, para esto el león nos olfateó, se para y comienza a caminar hacia el Jeep, el guía nos dice en un susurro “no respiren ni se muevan, voy a retroceder”, cuando quiere hacerlo, otro jeep estaba detrás nuestro y no podíamos. La cara de Coleman nos decía todo: había miedo en sus ojos, respeto por ese gigante que se nos venía encima. Le grita a John, que conducía el otro Jeep, y retrocedemos raudamente. Nuestro guía se molestó con su compañero y nos decía del respeto que él siente por el lugar y los animales. Luego seguimos y encontramos a la hembra con los cachorros, fue una bendición según nos dijo Coleman ya que no siempre se dejan ver (nosotras creemos que nuestro cálido guía, ama todo ese lugar, lo tiene incorporado, lo respira, lo conoce, cada vez que salimos con él vimos lo que generalmente nadie ve, de hecho todos quieren salir de safari con él. Está bendecido por los dioses de su cultura sudafricana y se lo devuelven regalándonos la posibilidad de vivir esos momentos). ¡Uf! qué mañana fue; llegamos felices y nos faltaba la tarde que íbamos al parque Kruger”.
Jacqueline Bermejo
Sudáfrica
El periplo de las hermanas cutralquenses por Sudáfrica incluyó el famoso Parque Nacional Kruger, Johannesburgo y Ciudad del Cabo, entre otros lugares. El relato de sus peripecias se plasmó en varias crónicas, no exentas de humor, de las cuales reproducimos tal vez la más emocionante.
Jacqueline Bermejo
Comentarios