El represor Cavallo se declaró inocente pero fue preso

Lo enviaron al penal de Marcos Paz y está en el pabellón de Von Wernich

El represor de la última dictadura Ricardo Miguel Cavallo llegó ayer al país extraditado desde España, proclamó su inocencia ante la Justicia por los delitos de lesa humanidad que se le imputan en la Escuela de Mecánica de la Armada y, tras negarse a responder preguntas, quedó preso en la cárcel de Marcos Paz, en el Gran Buenos Aires.

Fuentes judiciales informaron que el capitán de corbeta retirado de la Armada escuchó las imputaciones en su contra junto a su abogado Alfredo Solari, y luego, tras desconocer su responsabilidad por esos hechos, formuló una «negativa general» a responder las preguntas que planeaban hacerle el juez Sergio Torres y el fiscal Eduardo Taiano.

Luego, el juez ordenó el traslado de Cavallo a la cárcel federal de Marcos Paz, donde hay un pabellón denominado «de lesa humanidad» porque alberga a militares y policías y un cura, Christian Von Wernich, acusados de graves violaciones a los derechos humanos en la dictadura.

Los voceros revelaron que además Cavallo fue preguntado por la «causa 1376» por «apropiación de bienes» a secuestrados y desaparecidos y en ese punto también «negó su participación en los hechos».

Las fuentes especificaron que Cavallo le expresó a las autoridades judiciales que «no iba a contestar preguntas y desconocía las imputaciones, pero dijo que no hizo nada y se declaró inocente al sostener que no tenía responsabilidad en los episodios que se le achacan».

Cavallo, que en la Esma era conocido por el alias de «Sérpico», arribó a las 9, extraditado por España, bajo custodia por los agentes de Interpol que viajaron a buscarlo a Madrid. De inmediato fue trasladado a los tribunales de Comodoro Py en un vehículo sin identificación de la Policía Federal, esposado y con chaleco antibalas.

Entre otras, pesan sobre Cavallo acusaciones por su presunta participación en el secuestro y desaparición de las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet; del escritor y periodista Rodolfo Walsh y de la fundadora de Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor de De Vicenti.

Ex capitán de corbeta, de 58 años, el marino estuvo destacado en la Esma, el centro clandestino de detención ilegal que más víctimas dejó en la dictadura militar y en el que fueron torturadas unas cinco mil personas. Perteneció al sector de operaciones del Grupo de Tareas 3.3.2, donde las víctimas lo conocían como «Sérpico», porque solía infiltrarse entre grupos de universitarios con militancia política estudiantil. (DyN y Télam)


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