El riesgo de hacer ciclismo en las rutas 

Las medidas de seguridad en torno del ciclismo en ruta que se practica en la zona reflejan ciertas carencias. Generalmente se corre con el tránsito abierto, suele faltar servicio sanitario y hay un tema puntual: no todos los pedalistas poseen un seguro.

El trágico accidente en el cual esta semana perdió la vida un ciclista español durante la Vuelta de la Argentina pone en el tapete una cuestión que no puede pasar por alto y está referida a las medidas de seguridad.

Si en una carrera de la trascendencia como la de la mencionada la seguridad fue objeto de serios cuestionamientos y causante del lamentable episodio, cabe preguntarse en qué condiciones se desarrolla el ciclismo en nuestra zona.

A primera vista surgen algunas evidencias que no dejan de ser inquietantes. Por ejemplo, la gran mayoría de los participantes son pedalistas aficionados que no poseen seguro, requisito sólo exigible en los ciclistas federados.

«Es un riesgo que los aficionados corran sin estar protegidos de alguna forma», decía esta semana un pionero del deporte del pedal como es Teófilo Heredia.

En la zona de Río Colorado el ciclismo es un suceso con intervención de pedalistas que llegan desde Bahía Blanca, quienes explicaron que corren en rutas -como la 154- que son «bastante tranquilas», advirtiendo que «nada que ver con la ruta 22, que es muy peligrosa». No obstante, coincidieron en que «hay camioneros que te respetan pero otros, cuando estamos entrenando, te pasan muy cerca a propósito».

En la asociación riocoloradense creen que la seguridad está garantizada, aunque ahora habría surgido un impedimento y es que los ciclistas federados que llegan desde la zona bonaerense habrían exigido que los pedalistas locales -generalmente aficionados- posean un seguro, tal como los condicionan las compañías, bajo la amenaza de retirarles la cobertura.

Se supo que en una de las últimas competencias realizadas en el Alto Valle -donde suele reunirse medio centenar de corredores- por poco no ocurre un accidente como el de San Juan.

El relato es bastante patético. «Fue en la ruta 22, cuando un ciclista que se había escapado del pelotón iba a entrar a Roca en el acceso de la avenida San Juan. Por suerte un colaborador se adelantó y cortó el tránsito justo cuando en sentido contrario se desplazaba un inmenso camión».

Los clubes organizadores hacen lo que pueden para fomentar el ciclismo, pero en materia de seguridad hay flancos muy abiertos. Suelen contar con el apoyo de uno o dos patrulleros -a veces se reemplaza con motociclistas- y unos pocos colaboradores que ponen a disposición sus vehículos.

El apoyo sanitario es bastante dual. En algunos casos, como en Río Colorado, hay ambulancia (del Cuerpo de Bomberos), pero no ocurre así en el ámbito de la Asociación Alto Valle.

El presidente del Club Ciclista Bariloche, Nicodemo Franco, admitió que las condiciones en las cuales se desenvuelve el ciclismo en la región lacustre no dista de lo que sucede de otras zonas de esta geografía patagónica.

«Tenemos suerte de que nunca nos pasó nada grave», confiesa Teófilo Heredia. Y tiene razón, pero no es para seguir apostándole al destino tan a la descubierta.

Después de lo que pasó en San Juan, la discusión se plantea en saber si se puede seguir corriendo de esta forma o definitivamente se debe adoptar el modelo europeo, donde las pruebas se llevan a cabo en tramos de ruta totalmente cerrados al tránsito habitual.·

Un poco más seguros

En Neuquén, la mayoría de las pruebas son organizadas por la Peña San Juan, y uno de los integrantes, Angel Cano, explicó que «por lo general, utilizamos cinco móviles y tres patrulleros, pero eso lo manejamos de acuerdo con la cantidad de corredores».

Cano agregó que «de promedio tenemos unos treinta y cinco pedalistas por competencia y además trabajamos con un grupo de banderilleros que se encargan de los cortes de calles». Resaltó que «por suerte nunca tuvimos un problema e incluso, gente que ha venido de La Pampa o Bahía Blanca elogió la organización y los dispositivos de seguridad». Y agregó que «una vez suspendimos una prueba porque la seguridad no nos convencía».

Sobre el accidente de San Juan, afirmó: «Es un lugar que conozco porque soy de allá y por lo que leí, hubo fallas en cuanto a la cantidad de patrulleros y negligencia por parte del camionero».

Taddeo dice que hay fallas en todos lados

El ciclista Mariano Taddeo calificó de «penosas» las medidas de seguridad en la zona. «Ni siquiera hay policías para controlar el tránsito en la ruta. Pero esto no ocurre solamente aquí, sino en todo el país. Hace poco fui a correr a San Juan y tuvimos que parar la carrera porque al no estar cortada la ruta, un auto que venía de frente golpeó con el retrovisor. en la cabeza de un ciclista y lo tuvimos que internar».

También contó que en la última edición del Gran Premio del Alto Valle «sólo tenían tranquilidad los que iban adelante, donde estaba todo el control. Una pinchadura me retrasó en la primera etapa, quedé último y corrí el riesgo de ser atropellado. En esa misma carrera, un auto mordió una piedra que golpeó en el rostro de un compañero de equipo, rompiéndole un diente y lastimándole el labio».

Taddeo reconoció poseer seguro, pero explicó que «como las carreras de la zona no son reconocidas por la asociación nacional, el seguro no me cubre. Y esto pasa porque no se exige que todos estén asegurados».

Ultima etapa del GP

La Vuelta ciclística a la Argentina tuvo ayer una jornada de descanso que los competidores aprovecharon para trasladarse a la ciudad cordobesa de Villa Dolores y para reponer energías antes de afrontar hoy el duro tramo final de la prueba.

Los ciclistas pedalearán algunos kilómetros cuando lleguen a Villa Dolores pero principalmente se dedicarán a descansar para recuperarse del agotamiento físico que les provocaron nueve días de competencia y para reponerse anímicamente del duro golpe sufrido por la muerte del español Saúl Morales.

Hoy, los pedalistas comenzarán a afrontar el último tramo, que justamente es el más duro ya que deberán atravesar las atlas cumbres de Córdoba con picos superiores a los 2000 metros. La etapa es de 155 kilómetros.


El trágico accidente en el cual esta semana perdió la vida un ciclista español durante la Vuelta de la Argentina pone en el tapete una cuestión que no puede pasar por alto y está referida a las medidas de seguridad.

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