El rol de la Policía rionegrina, eje del debate
Ratificó el informe que en 1984 señaló que militares desplazaron el mando policial.
Leonardo Petricio
NEUQUÉN (AN).- El rol de la Policía rionegrina durante la dictadura y la responsabilidad de los comisarios imputados por presuntas torturas en la comisaría de Cipolletti fueron el eje del debate ayer durante la audiencia. La defensa oficial citó al dirigente rionegrino Fernando Chironi y al abogado Oscar Pandolfi porque ambos recomendaron a Antonio Alberto Camarelli –jefe de la comisaría de Cipolletti en 1976– para la jefatura de Policía rionegrina al asumir el gobierno democrático de Osvaldo Álvarez Guerrero.
Tanto Chironi como Pandolfi destacaron que conocieron a Camarelli en los 80, resaltaron su formación universitaria y lo que sabían de sus acciones para la formación policial respetuosa de los derechos humanos, por lo que entendían que tenía un perfil democrático para ejercer ese cargo.
Ambos afirmaron desconocer su accionar al frente de la comisaría de Cipolletti en 1976, en tanto Chironi, quien integró la comisión que en 1984 elaboró un informe en Río Negro sobre los crímenes cometidos durante la dictadura, dijo insistentemente que en ese informe consta que la Policía rionegrina fue desplazada de sus funciones por los militares que tomaron el poder. Consultado si el paso de estos años no le había hecho cambiar su opinión respecto a lo que se consignó hace casi 30 años, respondió que “no tenía elementos” para relativizar lo escrito entonces.
También se mostró escéptico respecto de las denuncias de víctimas realizadas en el último decenio. “No conozco a esta altura que hubiera (víctimas) que sufrieran vejámenes y no lo hubieran denunciado”, en 1984, respondió Chironi.
Cuando la fiscalía le preguntó sobre las denuncias en ese informe de las víctimas Daniel Ávalos y Carlos Lima (detenciones producidas por la policía rionegrina, con tormentos en comisarías de Sierra Grande y Viedma) Chironi dijo que no las recordaba como así tampoco que el sótano de la escuela de cadetes de policía hubiera sido destinado para alojar detenidos-desaparecidos.
Las querellas citaron párrafos que advertían sobre la falta de colaboración de Camarelli, Miguel Ángel Quiñones y el comisario Roberto Vázquez en brindar información a la comisión y hurgaron en el párrafo en el que se escribió que la policía rionegrina “dejó de ser un elemento receptor de denuncias” por desapariciones y que hubo denuncias que fueron “derivadas a vía muerta, aún cuando funcionarios jerárquicos tenían conocimiento de la realidad de los hechos. Se cumplía la factibilidad de la represión clandestina que consistía en eliminar el alcance de las víctimas o sus familiares a toda posibilidad de defensa”, figuró en el escrito.
Chironi aseguró que esos párrafos no hablaban de la posible participación en los hechos por parte de Camarelli, sino que “era reticente a nombrar a jefes militares” por el temor a “represalias” en 1984.
“Lo que dice el informe es lo que ocurrió y no tengo ningún elemento para pensar distinto”, reafirmó ante la continuidad de las preguntas de las querellas sobre presuntos tormentos en Cipolletti.
El querellante Marcelo Medrano opinó que “quedó claro que no conoce a ninguna de las 39 víctimas, ni los hechos de las personas que estuvieron en la comisaría de Cipolletti; el informe era del 84 cuando esto todavía no se investigaba; el informe también habla de tareas de inteligencia de la policía y órdenes que estaban en contra de la legalidad”, planteó.
Fernando Chironi integró la comisión que elaboró el informe del 84.
causa “LA ESCUELITA” ii
Leonardo Petricio
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