“El secreto: trabajar

<b>Mario Sepúlveda, el “señor de los ascensos”, no tiene misterios. A horas de arreglar con Pérfora, analiza su carrera y sueña con más logros.</b>

CRISTIAN HELOU

chelou@rionegro.com.ar

“Si traemos a Mario Sepúlveda, seguro ascendemos”. Esta frase seguramente se reprodujo en varios clubes argentinos. Suena fácil depender de un solo nombre para cumplir objetivos, pero en el caso del alero neuquino hay que creer o reventar, porque logró subir de categoría en seis ocasiones. Es récord, pero va por más.

Cinco de los seis ascensos fueron desde el TNA a la A y de manera consecutiva, entre 2007 y 2011: dos con Monte Hermoso Basket (el primero en fusión con El Nacional de Bahía Blanca) y una con Olímpico de La Banda, Unión de Sunchales y Quilmes de Mar del Plata. El último, hace un mes y medio, con Hispano Americano de Río Gallegos, desde el Torneo Federal al TNA.

“Todos me dejaron alguna marca, pero el último fue muy especial. El hecho de haber subido con Hispano, desde el sur y bien al sur, fue espectacular. Es un club que sufre mucho por estar tan lejos, tiene muchas cosas en contra y a pesar de todo, se pudo cumplir con el objetivo”, afirmó el neuquino, que jugará el próximo Federal en Pérfora (ver aparte).

Desde la aparición del equipo santacruceño en el tercer escalón del básquet nacional, siempre se habló de cosas extrañas para que no logre el ascenso, a partir de la incomodidad que significa para sus rivales viajar a Río Gallegos y Sepúlveda lo confirmó.

“Nos mostraron un mail que decía que el club era dañino para la competencia. No sé de donde salió, pero es increíble. Hispano es un gran club, que apostó por un proyecto y por suerte dio el salto de calidad”, afirmó.

Algo que llamó la atención en la carrera de Mario es que nunca siguió en los planteles que consiguieron el ascenso. “He tenido la posibilidad de jugar Liga A, pero la verdad es que siempre puse en la balanza otras cosas, especialmente estar en equipos protagonistas. Con Olímpico y Unión tenía contrato por dos años, pero como los técnicos no me tuvieron en cuenta, me fui”, comentó.

Fue así como se transformó en un talismán y nació el apodo del “señor de los ascensos”. Sin embargo, Sepúlveda cree que “el secreto es uno solo: trabajar día a día. Si no entrenás a full para cumplir un objetivo, es imposible lograrlo. Quizás mi talento pase por transmitir esa energía en el vestuario y por eso me convocaron para integrar cada plantel”.

A los 36 años, Mario encara la recta final de su carrera y decidió radicarse en Neuquén. “No me queda mucho hilo en el carretel, mi hija está por cumplir 5 años y por eso decidimos quedarnos en la zona. Por ahora el físico me acompaña, así que veremos hasta dónde puedo llegar”, cerró.

Luego de varios años lejos de casa, Sepúlveda vuelve. Lo disfrutará Pérfora, donde ya sueñan con subir. Está claro que antecedentes le sobran.

“He tenido la posibilidad de jugar en la A, pero siempre puse en la balanza otras cosas, especialmente estar en equipos competitivos”, dijo el alero.

Matías Subat


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