El “señor de las carreras”

Sebastián Tagle fundó el Club de Corredores en una época que en la que correr no estaba de moda. Su idea nació una tarde de la década de los 90 cuando no lograba concentrarse en sus estudios, allí tomó dos decisiones que cambiaron su vida y que marcaron un antes y un después en la historia del running argentino. “En ese tiempo estudiaba Administración de Empresas y no me daba la cabeza para recibirme, corría dos veces por día y me di cuenta que correr me hacía bien, entonces dejé de estudiar y me propuse armar un club de corredores”, contó Tagle, propietario y director de una de las empresas de carreras más importante de Sudamérica. El “señor de las carreras” tiene claro que vende un producto y que rinde examen en cada presentación, “ yo no pido plata a los gobiernos porque creo que el auge de las carreras es tan grande que la gente puede pagarse una inscripción, prefiero que los gobiernos destinen la plata a la educación o a la salud. Las carreras son un servicio que la gente debe pagar y ahí es donde nosotros rendimos examen con ellos”. El Club de Corredores lleva años en este mundo del running, supo ganarse el respeto de los corredores y la confianza de las grandes marcas. Todas la competencias que organiza la empresa ubicada en la calle Monroe de la ciudad de Buenos Aires tienen nombres de marcas, pero lo más curioso es que ellos no salen a venderse. “Nosotros no tenemos departamento comercial, no salimos a venderle ideas a nadie. Las empresas se acercan para que organicemos sus carreras. No llamamos a nadie, las empresas que están son las que nos llamaron”, afirmó orgulloso Sebastián. La Argentina se transformó en un gran lugar para correr, paisajes y climas para todos los gustos hacen que esta tierra sea el “circuito” preferido de los corredores de Sudamérica. Otro dato a tener en cuenta es el precio de las inscripciones. “ Las carreras acá tienen los valores más bajos, eso ayudó a que sea masivo. Correr una maratón por 150 pesos es muy barato teniendo en cuenta que en EE.UU. te sale 350 dólares”, contó Tagle. (S.A.)

Tagle transformó su hobby en su forma de vida.