El temporal los aisló y mediante señales de humo pidieron ayuda

Las tres personas que estaban aisladas por la crecida del Río Chubut, en una estancia cercana a la localidad chubutense de Los Altares, fueron rescatadas ayer a la tarde sanas y salvas por personal de Defensa Civil, luego de pedir auxilio mediante señales de humo.

Segundo Namuncurá, de 32 años, su esposa Irma Cayeñanco, de 24, y un sobrino de apellido González, todos de Trelew, habían quedado atrapados hacía casi dos semanas en dos islotes formados por varios brazos que surgieron al desbordar ese cauce, a 21 kilómetros de Los Altares y a 300 kilómetros al oeste de Rawson. La idea de hacer señales de humo fue de González, quien estaba guarecido bajo una chapas, mientras sus tíos permanecían en el casco de una estancia, que había sido abandonada por sus dueños al comenzar la subida de las aguas. Pobladores de Los Altares, a 15 kilómetros, vieron el humo y poco después de las 16 comenzaron la tareas de rescate, que concluyeron ayer a las 17.45, cuando todos fueron salvados en un gomón de Defensa Civil provincial con asiento en Esquel. La mujer dijo que «jamás nos pasó una cosa semejante, estábamos a borde de nuestras fuerzas y con el cuerpo congelado por el frío». Cayeñanco relató que estaban a unos tres kilómetros del sobrino, «pero no podíamos vernos porque el agua del río nos dividía» y aunque ellos tenían víveres y leña también, «al llegar la noche la angustia era tremenda. No había modo de comunicarnos con nadie, de avisar que estábamos aislados». Luego la mujer acusó al patrón de la estancia, Roberto Caucín, quien «apenas comenzó la crecida agarró la camioneta y se fue. Nos dejó solos en el campo. No pensó en nosotros; ese hombre no tiene corazón», e indignada gritó: «Podríamos habernos ahogados». Expresó su «inmenso agradecimiento» al jefe comunal de Los Altares y al personal de Defensa Civil de la delegación Esquel.