El terror que regresa a la pantalla
En breve volverán los filmes de terror y suspenso ambientados en aviones en vuelo. Un tema tabú que luego del 11-S, Hollywood se había negado a tratar.
NUEVA YORK (DPA).- Las películas de terror psicológico con aviones ya no son más tabú en Estados Unidos. Por respeto a las víctimas del 11-S y a sus familiares, Hollywood y los responsables de programas televisivos se habían contenido, pero ahora parece que las compuertas por fin de han abierto. En los próximos meses se verán en los cines películas como «Flightplan» (con Jodie Foster) y «Red Eye»; en ambos casos, thrillers psicológicos que suceden entre estrechas filas de asientos a miles de metros de altura. Y los canales de televisión preparan una serie de documentales sobre el tema. Al fin y al cabo, el 11-S es un material demasiado bueno para el drama y las altas cuotas de pantalla.
El terror a bordo de un avión despierta temores ancestrales: la claustrofobia, el miedo a las alturas y la sensación de impotencia. A ello se suma la desconfianza por las verdaderas intenciones de los otros pasajeros. El miedo a volar queda en segundo plano cuando uno está sentado al lado de un posible asesino.
En el caso de «Red Eye», por ejemplo, el simpático joven (Cillian Murphy) al que conoce tomando una copa en el bar del aeropuerto la gerente de hotel, Lisa (Rachel McAdams), resulta ser un extorsionador. Lisa debe ayudarlo a cometer un atentado contra un político en su hotel o de lo contrario hará que maten a su padre. Nadie puede ayudarla. Angustia para poner los pelos de punta.
También Jodie Foster, como Kyle, enfrenta en «Flightplan» (del director alemán Robert Schwentke) la desaparición de su hija de diez años en un vuelo de Berlín a Nueva York. Para la madre comienza así una historia de horror porque no hay nadie a bordo de la aeronave que le crea o que haya visto a su niña. Es entonces cuando comienza a comprender lo impensable: que no debe confiar en nadie a bordo de ese avión.
Al terror auténtico se enfrentará el Discovery Channel con un documental en el aniversario de los atentados, titulado «The Flight That Fought Back» (algo así como «El vuelo que se resistió»). Se trata de una mezcla cautivadora e inquietante de documental con escenas reconstruidas acerca de lo que pudo haber pasado en el cuarto avión que se estrelló el 11 de setiembre del 2001.
Secuestrado por cuatro terroristas, el avión toma rumbo a Washington. Los pasajeros se enteran, sin embargo, a través de llamados telefónicos de que serían convertidos en una bomba viviente, por lo que se resisten y finalmente la aeronave se estrella en un campo de Pennsylvania. El 90 por ciento de los diálogos proceden de conversaciones mantenidas y recuerdos de los familiares.
La reconstrucción de los hechos, que convierte en héroes a los pasajeros, es «una especulación con fundamento», según el presentador del programa, el actor Kiefer Sutherland.
En hechos se basa también una miniserie que prepara ABC y que se fundará en el informe final de la Comisión del 11-S, un best seller en Estados Unidos.
Está gestándose, asimismo, la filmación de otro documental, «In 102 Minutes: The Untold Story of the Fight to Survive Inside the Twin Towers» (En 102 minutos: La historia nunca contada de la lucha por sobrevivir en las Torres Gemelas), de los autores Jim Dwyer y Kevin Flynn.
Y el director estrella Oliver Stone tiene un proyecto aún sin título que contará la historia de dos policías que sobrevivieron entre las ruinas del World Trade Center. Todos parecen estar acercándose al tema ateniéndose a los hechos reales, pero cabe suponer que no pasará mucho hasta que llegue una costosa producción de Hollywood que incluya la imagen del derrumbe de las dos torres.
NUEVA YORK (DPA).- Las películas de terror psicológico con aviones ya no son más tabú en Estados Unidos. Por respeto a las víctimas del 11-S y a sus familiares, Hollywood y los responsables de programas televisivos se habían contenido, pero ahora parece que las compuertas por fin de han abierto. En los próximos meses se verán en los cines películas como "Flightplan" (con Jodie Foster) y "Red Eye"; en ambos casos, thrillers psicológicos que suceden entre estrechas filas de asientos a miles de metros de altura. Y los canales de televisión preparan una serie de documentales sobre el tema. Al fin y al cabo, el 11-S es un material demasiado bueno para el drama y las altas cuotas de pantalla.
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